Carlos Kasuga Osaka, empresario hijo de padres japoneses que emigraron a México, es una de las voces empresariales más respetadas en ese país, por lo que sus conferencias son una lección abierta de sabiduría nipona al servicio de las mejores prácticas empresariales.
Egresado de la Escuela Bancaria Comercial, en donde se graduó en la carrera de Contador Público, actualmente preside el Consejo Directivo de Distribuidora Kay, empresa dedicada a la manufactura de juguetes inflables, así como del Consejo Directivo de la empresa Yakult, compañía que elabora productos lácteos fermentados, y dirige K Line de México, firma de transporte marítimo.
Está al frente del Consejo de la Fundación Grupo Alimentaria, es vicepresidente del Comité de las Celebraciones del Centenario de la Migración Japonesa a México, y preside, además, del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida, asociación civil que opera en México.
“No es la maquinaria ni la tecnología, sino los seres humanos los que mejoran una organización”, asegura. Cita como ejemplo a su empresa, que incrementó sus ventas de 2,568 frasquitos diarios –cuando inició operaciones en el país, hace más de 30 años– a 3.5 millones en la actualidad.
“Mientras en Japón se educa bajo el principio de ‘si no es tuyo es de alguien más’, en México no se invierte en educación formativa, una instrucción que no sólo es responsabilidad de las escuelas, sino que compete a todos y cada uno de los mexicanos. Es necesario empezar por nosotros mismos en nuestro diario actuar”, considera Kasuga.
Los valores, explica, no tienen título ni traen maestría. Los valores son los que hacen al individuo ser una persona de calidad. Para tener calidad como empresario, como persona y como empresa en su todo, se deben seguir cuatro pasos:
1) El bien ser: Ser honesto, puntual, limpio, responsable y trabajador.
2) El bien hacer: Hacer todo bien desde un principio.
3) El bien estar: Dar más de lo que se recibe: a la familia, al trabajo, a la sociedad. Al final hace que uno sienta el bien estar, que es sinónimo de felicidad plena.
4) El bien tener: Si se cumple con los tres pasos anteriores y en ese orden, lograrán el bien tener del dinero y las cosas materiales.
Kasuga puntualiza los cinco motivos de despido en una empresa japonesa: la impuntualidad, el ausentismo, el robo de cualquier tipo o monto, que los empleados lleguen tomados o drogados y violar los códigos de confidencialidad.
¿Cómo ser realmente un empresario? “Siendo congruente entre lo que se dice y se ordena. El buen empresario, gerente y director debe ser el primero en llegar y el último en irse. Nosotros no tenemos baños privados para la gerencia, por ejemplo. Éstas son pequeñeces, pero que hacen que la gente se sienta bien y tomada en cuenta. Y es que más que en el sueldo económico, se debe pensar en el sueldo moral que se le da a la persona. Hay que hacer que el ser humano se sienta útil, necesario, respetado y querido en una empresa”, afirma el empresario mexicano-nipón.
Finalmente, Kasuga añade otro consejo para cultivar en la empresa la cultura emprendedora: “la única manera para salir adelante es el trabajo y estar al pendiente de él. El mejor condimento para un restaurante y la mejor mercancía para un almacén son las pisadas del dueño. Con esto quiero decir que debes estar al pendiente del changarro todos los días, incluso sábado y domingo.
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