El delfín reciclado de Richard Miñano

El escultor peruano construyó una ola con 175 botellas plásticas de agua y un cetáceo con desechos de computadoras. La pieza se exhibe en el Centro Cultural Juan Parra del Riego, en Lima

Todavía Richard Miñano no ha descubierto el motivo exacto que originó su vínculo con los delfines. Recuerda una escena cuando trabajaba con su padre en la remodelación un edificio en La Herradura, en Perú. “Los vi saltar alegremente en mancha”. En ese momento quiso ser un centinela: monitorear su paso por el mar peruano. Un pretexto para estar cerca de ellos. Recuerda también un sueño en el que estaba en Agua Dulce y empezaba a ahogarse y venían los delfines a rescatarlo. Se asustó y se despertó con el corazón violento, cuenta. “Me llaman mucho la atención, no sé por qué, no he encontrado la respuesta, siempre me han gustado”, dice acerca de su obra.

Ahora exhibe una pieza  en la sala del Centro Cultural Juan Parra del Riego, Lima, con la cual ensaya una respuesta a ese misterioso vínculo: un delfín que sale de una ola llena de desechos. Todo ha sido elaborado con plástico durante cinco meses: 175 botellas de agua de dos litros y medio dan forma a la ola y el material negro, como de computadora, al cetáceo. El resto de la obra está formado por arena y residuos desperdigados que halló en la playa Barranquito y en centros de acopio de reciclaje.

Es la segunda vez que Miñano participa en una muestra colectiva de la empresa L.O.O.P. pero es con esta escultura en la colectiva “Lo que el mar esconde” que se siente satisfecho. “Quiero transmitir un mensaje e impulsar a trabajar este tipo de arte y sembrar conciencia. La matanza de los delfines me parece indignante y horrorosa”, dice el egresado de la Escuela de Bellas Artes.

Tras su debut con la temática verde, en el 2012, empezó a obtener reconocimiento en concursos con piezas hechas de botellas de plástico y de arena. Hoy tiene ocho propuestas para participar en favor del ambiente. Las más ambiciosas son el Festival Internacional de Reciclaje Artístico Drap-Art 2014 en Barcelona (aunque necesita auspicio) y un proyecto escultórico como parte de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 20). “Antes no tenía jale, ahora me están llamando galeristas y gestores culturales para que participe”, asegura.

Fuente: El Comercio | @IQLatino