Ya no nos acordamos de su zumbido y la miel que consumimos es un sucedáneo. Los niños crecen sin saber cómo duele su picotazo. La sobreexplotación de las colmenas a nivel industrial y el uso indiscriminado de herbicidas y pesticidas han hecho mella. Las abejas atraviesan una situación límite de supervivencia por diversas circunstancias.
Esta es la principal razón que ha movido al apicultor español Jesús González a lanzar el proyecto ecológico y sostenible Apadrina una colmena, con el que busca no solo ayudar a superar el problema sino también a crear conciencia sobre el daño que se cierne sobre las abejas a escala global.
“Las abejas polinizan hasta 160.000 especies de frutales, flores y árboles. De todos esos, ellas solas se ocupan del 80%”, afirma González a la revista Yorokobu, convencido de que con el apadrinamiento de colmenas es posible salvar a estos valiosos insectos.
El asunto viene con contrapartida: el padrino de una colmena tiene derecho a dos kilos de miel y un envase con propóleo por año, incluyendo una visita guiada a la colmena que llevará el nombre elegido por el colaborador. El importe de la contribución es de US$ 43,72 (35 euros).
El proyecto, dice la página web, pretende “generar empatía entre las personas y las abejas, para que de esta manera podamos seguir conviviendo con ellas”.
El compromiso de los apicultores con los padrinos son los siguientes:
a) Gestión sostenible de las colmenas.
b) Ubicación del colmenar en zonas silvestres alejadas de zonas cultivadas agricolas, con el fin de alejarlas el máximo de los productos químicos que tanto daño las hacen.
c) Tratamiento de las colmenas únicamente con productos autorizados en apicultura ecológica.
d) Alimentación con miel y métodos de apicultura biodinámica, dejándolas para ello reservas suficientes para pasar el invierno.
e) Manejo de las colonias de abejas de forma respetuosa y no agresiva para evitarlas en todo lo posibles situaciones de estrés.
f) Proceso de extracción de la miel de los panales, filtrado y almacenamiento en frío, con el fin de que la miel conserve todas sus propiedades originales.
Fuentes: Yorokobu – apadrinaunacolmena | @IQLatino