Empresa colombiana convierte contenedores en restaurantes u oficinas

Bien sea un café, oficinas, mostradores o "pop-up stores", la firma Fog-Inc readapta la estructura metálica entre tres y cuatro días, y termina la construcción total de cuatro a cinco semanas para su nuevo uso

Una empresa colombiana que adapta contenedores para que sirvan como restaurantes, oficinas o locales de exhibición comercial planea llegar a Chile y Ecuador en los próximos meses con una propuesta de construcción económica y de fácil instalación.

Fog-Inc, creada en 2012 por Pablo, Emilio y Miguel Fog, está en conversaciones con empresarios de esos países que tienen marcas posicionadas del sector gastronómico, gubernamental, petrolero, automotriz u hotelero, entre otros.

“Cada vez más las marcas y las empresas necesitan estar en diferentes espacios, sea para temas publicitarios u operativos”, explicó a Colombia.inn, agencia operada por Efe, el gerente general de Fog-Inc, Pablo Fog.

Desde su creación se enfocaron en diseñar y construir contenedores para venderlos o arrendarlos y entregarles a sus clientes una solución de espacio personalizado de fácil instalación y que ahorra hasta un 70 % en tiempos de construcción frente a edificaciones tradicionales, sostuvo.

La compañía diseña “lo que requiera espacialmente” el cliente y actualmente está estructurando proyectos de entre 6 y 4.000 metros cuadrados en Bogotá, indicó el coordinador de nuevos proyectos de la compañía, Miguel Fog.

“Empezamos con los requerimientos del cliente, encontramos sus necesidades, las analizamos, se inicia el proceso de diseño, presentamos la propuesta de solución al cliente y comienza la producción”, manifestó.

La industria de los espacios modulares diseñados con contenedores empezó a desarrollarse en Colombia en el 2007 con el auge del sector petrolero que les daba usos laborales, de bodega y hospedaje.

Según Pablo Fog, ingeniero y diseñador industrial, debido a los golpes y la corrosión que enfrentan los contenedores en el mar, por normativa internacional tienen una vida útil de 14 años en vía marítima y tras esto por lo general son considerados como basura.

Ante la poca presencia de plantas de reciclaje para estos elementos en el país, esta compañía los modifica y procesa, ahorrando emisiones de carbono y evitando la utilización de otros materiales de obra no renovables como cemento o madera.

Las adaptaciones tardan entre tres y cuatro días y la construcción total de cuatro a cinco semanas para espacios modulares estándar de dos pisos, afirmó el directivo.

Los contenedores son comprados en Panamá y en el Caribe colombiano o son construidos totalmente en talleres en Bogotá, acotó el ingeniero.

Bajo este proceso ya han realizado “locales” móviles para restaurantes y cafés, oficinas, mostradores y “pop-up stores” (tiendas disponibles por un corto periodo de tiempo).

Desde 2012 han vendido más de 40 contenedores y destinan otros para alquilarlos en todo el país.

Los costos de arrendamiento oscilan entre 320 y 3.200 dólares el mes dependiendo del trabajo de adaptación que requiera, lo que les ha permitido una facturación anual de 168.000 dólares (350 millones de pesos), que proyectan aumentar a 1,1 millones de dólares (2.500 millones de pesos) a partir de 2016.

COLOMBIA.INN | @IQLatino