Flix: intervención artística de la ciudad

Este artista venezolano estudia estructuras abandonadas o en uso de la ciudad para transformarlas en objetos vivos y representaciones culturales

Caracas, la capital venezolana, es una ciudad latina, dinámica y atrayente donde el arte, la comida y la música están siempre vivos, incluso en los lugares más inesperados. Su escenario cultural está en auge ya que una generación emergente de artistas está empezando a intervenir el paisaje urbano. Flix, un artista joven con un talento innato por el arte, caraqueño de nacimiento y crianza, sueña con transformar su país a través de la cultura y el arte.

Flix se considera un constante observador. Cuando viaja a otros lugares fuera de la capital, analiza detenidamente cada elemento y espacio que confronta el paisaje y, a la vez, los analiza y juega mentalmente con ellos creando futuras composiciones. Los elementos urbanos son el detonante para sus creaciones y son la clave de sus composiciones. 

Venezuela ha sido fuertemente influenciada por culturas de todo el mundo ya que ha sido una tierra habitada por indígenas, mezclas de esclavos africanos, colonizadores españoles, etc. Caracas se enorgullece de seguir siendo el centro donde todas esas culturas convergen, y para muchos, esto hace que la ciudad tenga un aire más progresista y moderno que el resto del país.

Cuando Flix escoge un espacio, busca que éste sea bien expedito o que sea un lugar sin ningún impedimento visual para los transeúntes.  “Busco dejar una huella, transformar espacios olvidados y convertirlos en hitos o elementos llamativos del lugar”, dice.

Su trabajo puede encontrarse tanto en semáforos, hidrantes, estructuras cilíndricas de concreto, barcos abandonados, vallas, paradas de autobuses, paredes incluso en fachadas como en el caso de la casa del pescador en la península de Paraguaná.

El trabajo de Flix no solo se encuentra en Venezuela, sino que también ha tenido la oportunidad de pintar en otras ciudades Europeas tales como Berlín, Dresden, Londres, París, Barcelona y Madrid.

Fuente: Artículo de Tere García publicado en ThisBigCity | @IQLatino