Emprendimientos indígenas a los pies del Auyantepui, en Venezuela

En la selva venezolana, hogar del Salto Ángel, la caída libre de agua más alta del mundo, prosperan 25 proyectos por parte de comunidades aborígenes de etnia pemón basadas en el turismo ecológico

Petra Cataneo es una de las personas implicadas en uno de los 25 proyectos que buscan generar trabajo para los indígenas de la etnia pemón, en la selva venezolana. Su sitio de trabajo es Turaradem, un extenso huerto situado en el Valle de Kamarata, a los pies del imponente Auyantepui, la montaña que atesora el Salto Ángel (Kerepakupai Vená, en lengua pemón), la caída líbre de agua más alta del planeta.

Cataneo participa en el proceso de recuperación de tierras en Turaradem empleando las técnicas de cultivo heredadas por sus ancestros para reactivar la agricultura en la región, un proceso que genera trabajo a los más jóvenes, produce alimentos en un país con alto porcentaje de escasez y estimula la economía local entre las familias.

Junto con ella trabaja otra indígena, Hortensia Berti, quien regenta un hostal de turismo ecológico que pertenece a toda la comunidad, cuyos puestos de trabajo y beneficios son repartidos de manera igualitaria entre las familias.

“Nuestra lucha es convencer a nuestros jóvenes que irse a las minas significa acabar con la tierra que los dioses nos han prestado, y que el turismo responsable es una opción más coherente para aprovechar el lugar en el que vivimos”, asegura Berti.

Eulalia Sandoval, administradora de profesión y uno de los rostros más jóvenes del proyecto, ha puesto en marcha un sistema de visitas a las imponentes cascadas que gotean con fuerza en el interior del Auyantepui, donde los turistas conocen de mano de los propios indígenas las leyendas pemonas.

Inés, madre de Eulalia, de 70 años de edad y quien ostenta el título de abuela de la tribu, conduce el huerto que produce los alimentos que van a parar a estos hostales ecológicos.

Todos estos emprendimientos cuentan con un programa de autofinanciación. Este sistema nace de la Fundación Esteban Torbar, una organización venezolana que creó el programa llamado Eposak (en lengua pemona significa logro) y que desde hace tres años consigue el dinero entre la ciudadanía para financiar las iniciativas de los indígenas.

Fuente: Reporta publicado originalmente en El País (ES) | versión IQ Latino

Imagen: insolitanaturaleza.blogspot.com