En cautiverio, 15 tortugas gigantes lograron salvar a su especie. 12 tortugas gigantes macho y tres hembras de las islas Galápagos, en Ecuador, eran las últimas de la especia Chelonoidis hoodensis, al borde de la extinción hace varias décadas por la acción de los piratas.
El programa de reproducción en cautiverio del Parque Nacional Galápagos mantuvo en cautividad a los 15 para aumentar la población de estas tortugas. De entre ellos destacó Diego, porque fecundó el 40% de las crías nacidas. Las tortugas que nacieron dentro de este programa son 2000: Diego, que ahora tiene 100 años, es el padre de 800 de ellas.
La especie Chelonoidis hoodensis está a salvo. La dirección del Parque Nacional Galápagos da por cerrado el programa de reproducción en cautiverio.
Y Diego y las otras 14 tortugas volverán a su hábitat original en la isla Española de Los Galápagos a partir de marzo de 2020. Diego no vive allí desde hace casi ochenta años, porque lo trasladaron el zoológico de San Diego, California, en los años 30. Allí vivió tres décadas.
Cuando empezó el programa de reproducción en cautiverio, a mediados de los años sesenta, llevaron a las otras 14 tortugas desde la isla Española a la isla de Santa Cruz, en el centro del archipiélago. A Diego lo trasladaron a Santa Cruz desde el zoológico de San Diego en 1976.
La Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI en inglés), integrada por la dirección del Parque Nacional Galápagos y la Galapagos Conservacy, comprobó que el hábitat de la isla Española ya ha recuperado sus condiciones gracias al programa, dice un comunicado de la dirección del Parque Nacional Galápagos, por lo que las tortugas podrán volver.
Washignton Tapia, director de la GTRI, dijo, citado en ese comunicado, que el último censo de 2019 y todos los datos disponibles desde 1960, sobre la isla y de su población [incluida la recuperada] de tortugas, tienen la solidez para afirmar que estas condiciones existen.
Dentro de la iniciativa también se erradicaron especies no autóctonas y se regeneraron cactus a través del programa Galápagos Verde 2050. Esto, según Jorge Carrión, director del Parque Nacional Galápagos, también ha ayudado a que “actualmente los ecosistemas de la isla tengan condiciones adecuadas para sostener a la creciente población de tortugas”.
Elaboraron además, dijo Tapia, escenarios posibles para los próximos cien años que soportan estas conclusiones. “La población de tortugas seguirá creciendo normalmente, aún sin ninguna nueva repatriación de juveniles”, afirmó.
La isla Española está ubicada en el sureste del archipiélago de Galápagos, que tiene 13 islas grandes, seis islas medianas y 107 rocas e islotes. Galápagos es una provincia del territorio ecuatoriano y está situada a cerca de 1000 kilómetros de su costa.
La Española es de fácil acceso, recuerda Susana Madera en un reportaje de EFE. Carrión le dijo en una entrevista que en todo Galápagos solo queda el 15% de tortugas de su población original: 400 mil individuos de 15 especies originales.
El director de este parque nacional afirmó que hace décadas los piratas y balleneros se refugiaban en el archipiélagos y casi acabaron con las tortugas gigantes, porque las usaron de alimento. “Se abastecían de alimento en el sitio y se llevaban en sus barcos a las tortugas gigantes que podían ‘sobrevivir hasta un año, o incluso más, sin comer ni beber’, escribe Madera.
A la fecha, en la Española están esas 2 mil tortugas, 1800 de ellas trasladadas desde el centro de reproducción de Santa Cruz, “con una tasa de supervivencia de 52%”, según el reporte de EFE.
“De ley necesitamos otros especímenes que no provengan de Diego para que la variabilidad genética de las tortugas de Española sea saludable e inclusive se pueda incrementar”, comentó Carrión.
La presencia de las tortugas es fundamental para la supervivencia de otras especies de Galápagos como los albatros, porque las tortugas les abren los espacios que requieren para despegar o llegar a tierra.
“En ausencia de las tortugas, las plantas leñosas progresan, invaden rápidamente y no dejan espacio para anidación de aves”, explicó Carrión a Madera.
La fecunda tortuga Diego pesa 80 kilos y llega a alcanzar los 1,5 metros de altura cuando estira las patas y el cuello, agrega un despacho de Associated Press.
Antes de su retorno a la isla Española en marzo de 2020 (la fecha aún no se ha precisado), Diego y las otras 14 tortugas están en cuarentena, para evitar que lleve consigo semillas de plantas que hayan comido en Santa Cruz que no son autóctonas de la isla a la que volverán.