Ropa con fibra de cobre para pacientes con “piel de cristal”

En Chile 186 personas padecen de Epidermólisis Bulosa. La Fundación Debra adelanta estudios con prendas de cobre antimicrobiano para mejorar su calidad de vida

La “Piel de Cristal“, cuyo nombre científico es Epidermólisis Bulosa (EB), es una enfermedad genética incurable, no contagiosa, poco común, que afeta por igual a todas las razas y sexos, cuya principal característica es que la piel es tan frágil que con un pequeño golpe o incluso un roce puede formar ampollas y heridas.

Los pacientes requieren de ropas especiales que los protegan de todas las eventualidades. El único tratamiento que existe es curar las heridas, aliviar el dolor, prevenir las diferentes complicaciones que pueden presentarse y apoyar nutricional y psicológicamente a los niños y jóvenes.

En Chile actualmente viven 186 personas, entre los 6 meses y los 63 años, que padecen esta rara enfermedad.

Pero la Fundación Debra recientemente dio a conocer un protocolo que evaluará el impacto de prendas con cobre antimicrobiano en el manejo de las lesiones de niños y jóvenes con dicha enfermedad y que pretende ser una nueva alternativa para mejorar su calidad de vida.

Junto con el tratamiento con prendas con fibras de cobre se iniciará un estudio clínico de siete meses de duración, que busca confirmar la hipótesis que plantea que este tipo de vestimenta mejora la calidad de la piel y el manejo de las heridas en pacientes con EB.

El estudio considera la entrega de calcetines, camisetas, tubulares y pantys, que han sido especialmente diseñadas y producidas para estos pacientes. La ropa cumplirá con todos los cuidados necesarios para prevenir nuevas lesiones, como no tener costuras internas que generan roce y posibles lesiones. Además de aportar las propiedades antimicrobianas del metal rojo, las prendas tendrán el objetivo de afirmar los materiales decuración.

Diversas investigaciones han demostrando que el cobre crea una zona natural de protección que elimina el 99,9% de las bacterias y hongos. El poder bactericida del metal rojo comienza a trabajar al primer contacto con la piel. Elimina malos olores causados por hongos y bacterias, ayuda a la cicatrización, mejora la tonalidad de la piel reduciendo manchas y crea una barrera contra posibles infecciones.

La actividad antimicrobiana de la fibra no se desgasta con el uso de las prendas y tampoco se pierde durante el lavado. La única recomendación para el uso correcto es no lavar con suavizantes, ya que se reducen los efectos del cobre.

Fuente: Reportaje original publicado en Sustentare