Cartagena nocturna: la otra cara de la ciudad amurallada

De día, las calles de Cartagena vibran de actividad comercial. De noche, la ciudad se convierte en un espacio de encuentro, en la Cartagena Nocturna.

Antiguo puerto de mercancías y esclavos, y punto de tránsito de oro y otros productos a España, Cartagena de Indias es una de las pocas ciudades amuralladas de América Latina—y la única en tierras colombianas. En 1614 comenzó el proceso de construcción de más de 10 kilómetros de murallas que durante cuatro siglos han adornado los límites de esta ciudad histórica, protegiéndola del asedio de piratas en busca de las riquezas que por ella transitaban. En 1959 la ciudad amurallada fue declarada Patrimonio Nacional de Colombia, y en 1984, la UNESCO la incluyó en la lista de patrimonio mundial.

Son esas murallas, límites antes funcionales y hoy esencialmente decorativos, que otorgan a la ciudad un ritmo especial. De día, las calles de Cartagena vibran de actividad comercial: los turistas se abren paso entre carros y vendedores de paletas multicolores, y las carrozas desfilan por las calles, haciendo eco con los cascos de sus caballos.

De noche, la ciudad se convierte en un espacio de encuentro, en la Cartagena Nocturna. Entre las 5:00 de la tarde y las 5:00 de la mañana, algunos sectores del centro amurallado se cierran al tránsito vehicular. Ante la ausencia de los carros—y de una que otra moto que surca ilegalmente el casco histórico—turistas de todas las edades pueden caminar sin prisa por calles empedradas, y detenerse a contemplar la artesanía local. Esto motiva a tiendas y comercios de la zona a permanecer abiertos hasta tarde, muchas de ellas hasta las 11:00 de la noche. Además, músicos, bailarines y artistas se suman a esta escena nocturna, convirtiendo la calle en un espacio natural de socialización cuyos ejes principales de actividad son la Plaza de Santo Domingo, la Plaza de Bolívar y la Plaza de los Coches.

La Plaza de Santo Domingo. Nadie más que la Gorda Gertrudis—la escultura de Fernando Botero que desde hace 15 años adorna este espacio—es testigo de la transformación de la plaza desde el día hasta la noche: de día, la plaza es un espacio de tránsito de turistas que se abren paso hacia la Iglesia de Santo Domingo y el Callejón de los Estribos. De noche, la plaza se llena de palenqueras y acordeonistas que animan la escena de cafés y restaurantes al aire libre, convirtiéndola en un espacio de entretenimiento.

La Plaza de los Coches de noche
La Plaza de los Coches de noche

La Plaza de los Coches es la plaza más central de la ciudad. De día, es también un espacio de tránsito para quienes entran por la Puerta del Reloj a pasar el día en la ciudad amurallada. De noche, es también un espacio de encuentro, y la conexión con Getsemaní: un barrio en pleno proceso de “gentrificación” cuyos bares, galerías y callejones cubiertos de arte urbano lo convierten en la nueva “zona rosa” de Cartagena.

Otro espacio de contrastes es la Plaza de Bolívar. De día, el espacio sirve de atrio para los principales museos de la ciudad amurallada, dispuestos frente a frente en torno a la estatua ecuestre de Bolívar: el Museo del Oro y el Museo de la Inquisición. De noche, la plaza es un espacio para un encuentro casual de amigos y para jugar dominó.

Pero el espacio de encuentro más característico—y también el más extenso—de Cartagena se encuentra en las propias murallas: de día, turistas exploran su extensión y contraste con el skyline desafiante de Boca Grande y, al atardecer, migran hacia el Café del Mar que ofrece una vista privilegiada del Caribe. De noche, grupos de locales y extranjeros se encuentran junto a las murallas para bailar salsa y champeta a la luz de la luna.

Fuente: Cartagena Gráfica
Fuente: Cartagena Gráfica

¿Qué elementos hacen posible esta dinámica nocturna en el Centro Histórico de Cartagena?

Desde el punto de vista del hardware o la infraestructura de la ciudad, resulta interesante ver cómo las propias murallas ejercen una suerte de “fuerza de contención,” concentrando a un gran número de personas en torno a sus espacios públicos y las principales calles comerciales. Esto hace que el centro se sienta lleno de vida y contribuye a generar una mayor percepción de seguridad en el área. Sin embargo, la ciudad actualmente carece de la infraestructura peatonal necesaria para capitalizar esta dinámica social.

De acuerdo con María Claudia Peñas, Directora del programa Cartagena Cómo Vamos, los peatones en Cartagena se encuentran en estado de vulnerabilidad, especialmente de noche. “Los andenes son muy estrechos y hay muchos lugares que no se encuentran bien iluminados. De noche todos compiten por el poco espacio que hay para circular: coches, carros, gente, bicicletas… Es casi imposible caminar por la ciudad.”

Desde el punto de vista de software o las políticas públicas, el Centro Histórico de Cartagena también tiene ciertas limitaciones. Para Peñas, el tema de la peatonalización no está muy claro, pues el cierre nocturno de algunos sectores no responde a una legislación sobre usos y horarios. “En temporada alta o cuando hay un crucero, lo más probable es que el centro esté cerrado. Pero nunca se sabe. Es una lotería qué calles cierran y cuándo.” Es por ello que es necesario contar con una serie de normas claras que regulen y potencien el uso del espacio de la ciudad amurallada tanto de día, como de noche.

A la fecha, Cartagena ha puesto en marcha una seria de políticas con este objetivo:

  • Movilidad: Para Carlos Cadena Gaitán, director del movimiento La Ciudad Verde, tomando en cuenta su historia, su clima y la configuración de sus espacios, “la ciudad más caminable de Colombia debe ser Cartagena.” Lograr esto fue uno de los objetivos del encuentro sobre Movilidad Sostenible organizado recientemente por la Cámara de Comercio, Cartagena Cómo Vamos y la Universidad Tecnológica de Bolívar, el cual dio lugar a un convenio que se espera sirva como base para una política pública de movilidad para la ciudad. Este convenio incluye dieciséis puntos, entre los que se menciona la necesidad de dar prioridad a la movilidad peatonal y de regular el espacio público a fin de minimizar los conflictos que existen por su uso.
  • Seguridad: El decreto 0712 de junio de 2015 (una actualización del decreto 0627 de mayo de 2013) prohíbe la permanencia y circulación nocturna de menores de 18 años que no estén acompañados por sus padres o representantes. Esta medida conocida como “ley zanahoria” responde a la gran afluencia de menores detectada en algunos sectores de entretenimiento nocturno de la ciudad. La medida establece que aquellos jóvenes que sean sorprendidos en establecimientos públicos o privados entre las 10:00 pm y las 5:00 am, serán conducidos a la Comisaría de Familia de la ciudad donde deberán ser reclamados por sus padres. Asimismo, los establecimientos que incumplan esta ley podrían ser cerrados temporalmente.
  • Manejo del ruido: A raíz de múltiples quejas de la ciudadanía sobre riñas y alteraciones del orden público, la Alcaldía de Cartagena está evaluando la posibilidad de decomisar aparatos de sonido que generen perturbación en los vecindarios a través de operativos de control llevados a cabo por el Ente Público Ambiental (EPA). Debido a su poca actividad residencial, este problema no es prioritario en el Centro Histórico, pero resulta común en otras áreas de la ciudad.
  • Desarrollo económico local: A partir del decreto 0356, la Alcaldía de Cartagena busca mejorar el aprovechamiento económico de las plazas y espacios públicos de la ciudad aumentando el valor del alquiler del metro cuadrado para uso comercial en estos espacios. La medida establece que aquellos establecimientos que deseen operar en espacios públicos tales como la plaza de Santo Domingo, deben estar legalmente constituidos y cumplir con una serie de normativas a fin de acabar con la ocupación informal de algunos espacios de la ciudad.

Estas políticas son ejemplos de las normas que pueden adoptar las ciudades para regular el uso del espacio público, especialmente de noche. Su diseño e implementación determina el aprovechamiento de este espacio temporal no solo para fines culturales y de entretenimiento, sino también, para la revitalización y desarrollo comercial de centralidades urbanas. Esperemos que Cartagena siga avanzando en esta dirección, y que su Centro Histórico pueda convertirse en una referencia de actividad nocturna positiva y de calidad para la región.

Al igual que Cartagena, otros centros históricos en América Latina y el Caribe implementan políticas de carácter nocturno para revitalizar y optimizar el uso de sus espacios. ¿Conoces alguna?

Andreina Seijas – IQLatino