Hispanos, otras víctimas (silenciosas) de la policía en Estados Unidos

Dicen varios medios, antes los hechos recientes, que la de los latinos es una silenciosa minoría que también es víctima de la discriminación y el maltrato policial.

Todavía en la antesala del nuevo tiroteo en Baton Rouge, Louisiana, que saldó este domingo tres policías muertos y tres heridos a manos de un ex marine –como aparente respuesta, junto con los eventos de Dallas, a los recientes asesinatos a afroamericanos en Louisiana y Minesotta– El País de España  recuerda que los asesinatos a hispanos por las fuerzas policiales tienen muy bajo impacto a escala nacional. “(…) Muchos se quedan en blanco al escuchar nombres como el de Antonio Zambrano Montes de Pasco (Washington), Rubén García Villalpando de Euless (Texas) o de Ernesto Javier Canepa Díaz en Santa Ana (California). Los tres hombres, de origen mexicano y de entre 28 y 35 años, también murieron por disparos de policías el último año pese a que no iban armados”, destaca la autora del reportaje, Silvia Ayuso.

El New York Times añade un cuarto nombre:  Gilbert Flores, 41 años, cuya muerte también quedó registrada en video, en San Antonio, Texas: las imágenes fueron grabadas a distancia, recuerda el periódico, pero “parecieron mostrar” que Flores “levantó los brazos mientras los agentes le dispararon y lo mataron”.  “El video apareció en televisión y algunos funcionarios locales abrieron una investigación. Sin embargo, el caso —que ocurrió el año pasado— atrajo poca atención nacional…”, escriben Rick Rojas y Samantha Schmidt.

De acuerdo con el proyecto The Counted del periódico The Guardian, un recuento de las personas asesinadas por la policía desde el año pasado, aunque en las cifras gruesas parecieran que los blancos muertos son más en 2015 (581 de 1146 en total, frente a 306 negros y 195 latinos), en la relación con el total de población la proporción de las minorías se dispara: la policía mató en 2015 a 3.51 personas hispanas por cada millón, detrás de los 7.27 afroamericanos y delante de los 3.4 nativos americanos. La de los blancos es de 2.93.  En lo que va de 2016, los números cambian. Los afroamericanos guardan el primer puesto de la lista, con 3.47, emparejados con 3.4 nativos americanos y 1.69 de los latinos, de las 591 personas muertas a manos de la policía, según sus cálculos.

The Guardian hace la cuentas a falta de un conteo oficial, ante la inexistencia de un centro de información federal que lleve estos registros. Lo mismo hace The Washington Post. El País echa mano de sus cálculos: 990 personas asesinadas en 2015 por las fuerzas policiales. De ellos, 494 eran blancos, 258 eran afroamericanos y 172, hispanos. “Entre afroamericanos y latinos, suman casi tantas muertes como las de blancos, pese a que estas dos minorías no suponen más que el 30% de la población estadounidense, tal como recordó recientemente el presidente, Barack Obama”, explica Ayuso. Y si el cálculo se lleva al detalle, se encuentra que 6% de los blancos muertos estaban desarmados, mientras que los afroamericanos sin armas eran 14/% y los hispanos, 10,4%.

Los dos reportajes citados coinciden en que el bajo impacto de la violencia policial contra los hispanos se debe a la escasa organización de esta comunidad y a que no haya en sus filas líderes de gran calado como sí lo han logrado las minorías negras. Es conocido que el tema migratorio, la ausencia de documentos para vivir legalmente en Estados Unidos, es lo que más preocupa al sector hispano y su situación migratoria les impide muchas veces alzar la voz en otros asuntos que les afectan. Prefieren ser invisibles.

“Para algunos, la inmigración es una preocupación más inmediata y torrencial; el miedo de confrontar a las autoridades no permite que algunos se expresen con más fuerza”, escriben los periodistas de The New York Times. Algo en lo que abunda la periodista de El País: “Aunque los latinos son muy activos a la hora de unirse para luchar por una reforma migratoria, no existe un movimiento similar al Black Lives Matter negro”, cita a Lydia Walther-Rodríguez, organizadora comunitaria de la organización hispana CASA en Baltimore.

El New York Times recuerda que las muertes de un muchacho latino de 19 años en Fullerton, California y el de una adolescente de 17 años en Denver, además de la de ese hombre de 35 años en Pasco, Washington, cuyo asesinado quedó registrado también en video, generaron manifestaciones entre miembros de las comunidades hispanas locales que no tuvieron real impacto nacional.

Un artículo de CNN, firmado por Raul A Reyes en junio de 2015, va más allá: Estos asesinatos “no tienden a producir una indignación generalizada en el público ni parecen tener una cobertura en los medios nacionales. A pesar de la aparente falta de conciencia del público, estas matanzas no son escasas. Así que la pregunta es: ¿importan las vidas de los latinos?”

El Centro de Justicia Juvenil y Criminal, citado por Reyes artículo, encontró en una investigación que en número de hispanos asesinados por la policía es 30% superior a la media y casi el doble que los blancos, en proporción.

La Fundación WK Kellogg realizó el estudio “El estado de la familia latina”, en 2014, y entre sus hallazgos apareció que 68% de los latinos temían que la policía usara su fuerza contra ellos.