Brasil: la piel del pez tilapia actúa como cura para las quemaduras

La tilapia es un pez de aguas dulces tropicales de alto consumo, equiparable, por ejemplo, en Estados Unidos, al consumo de atún y salmón. En Brasil lo cultivan en piscifactorías —quizás el cultivo de este pez sea el más antiguo del planeta–; la tilapia se reproduce veloz. Pura proteína.

Es común, sobre todo en países con más recursos, que se usen la piel humana y la piel de cerdo para curar las quemaduras, pero Brasil no tiene estas facilidades. Así que recientemente, un grupo de investigadores del Núcleo de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (NPDM) de la Universidad Federal de Ceará, dentro de la Unidad de Quemados del Instituto José Frota de Fortaleza, al noreste del país, descubrieron que la piel de la tilapia, que solía desecharse, atesora también estas propiedades sanadoras y cicatrizantes. Y hace que el tratamiento sea menos doloroso.

La piel de Maria Ines Candido da Silva parece la de una mutante. En 2016, cuenta El Espectador, tuvo un accidente en el restaurante en el que era camarera: una explosión de gas le ocasionó quemaduras de segundo grado en uno de los brazos, y partes del cuello y la cara. Se convirtió en una de las primeras pacientes de esta prueba piloto que ya lleva dos años y que ha confirmado que la piel de este pescado alivia considerablemente la lesión.

Es la primera vez que se usa la piel de un animal acuático para estos tratamientos.

Nadia Sussman, de Statnews, habló en Fortaleza con un pescador de la zona que también hizo parte del ensayo clínico. A Antônio dos Santos otra explosión, pero en su bote, le quemó un brazo completo. “Después de que pusieron la piel de tilapia, el dolor se alivió de verdad”, le dijo dos Santos.

En efecto, el doctor Edmar Maciel, cirujano plástico y especialista en quemados, quien dirige el ensayo clínico, afirma que el equipo encontró que la piel de tilapia hay mucho más colágeno, tipo 1 y 3, fundamentales para la cicatrización, que en la piel humana.

“Otro factor que descubrimos es que la cantidad de tensión, de resistencia en la piel de tilapia, es mucho más grande que en la piel humana. También la cantidad de humedad”, agregó, citado por Sussman.

Por eso, en este tratamiento la piel de tilapia funciona como un vendaje que se deja puesto durante todo el tratamiento y evita así el trance doloroso del cambio de venda. Como recordó Maciel a BBC Mundo, el cambio diario de vendaje en el tratamiento convencional ocasiona molestias al paciente que este nuevo procedimiento disminuye.

“En Brasil, para tratar las quemaduras, se usa una crema que tiene una duración de 24 horas. Cada día hay que hacer un cambio de vendaje, sacar la crema, lavar el área quemada, volver a poner crema y hacer un nuevo vendaje. Esto resulta trabajoso, costoso, y causa mucho dolor en el paciente”.

“Por su buena adherencia, esta piel evita la contaminación externa y limita la pérdida de proteína y plasma que puede generar deshidratación y causar la muerte”, agrega el texto de BBC Mundo.

Además, sostiene Maciel, la tilapia tiene “menos posibilidades de transmitir enfermedades” que la piel de los animales terrestres que suelen usarse en tratamientos para quemados.

En las pruebas iniciales, recuerda el texto de State News, los técnicos de laboratorio usaron varios agentes esterilizantes y enviaron esas pieles esterilizadas a San Paulo para que mataran cualquier virus con radiación, antes de empacarlas y refrigerarlas.

BBC Mundo cuenta con más detalle el proceso de purificación de esta piel vendaje: “Antes de utilizarse, la piel del pez es sometida a un proceso de limpieza en el que se le quitan las escamas, el tejido muscular, las toxinas y el característico olor a pescado.  Luego se la estira en una prensa y se la corta en tiras de 10 cm por 20 cm. El resultado es una piel flexible, similar a la piel humana. Las tiras de piel se almacenan en un congelador a una temperatura de entre 2º y 4º por hasta un máximo de dos años”.

“(…) Creemos que llegará el momento en que esta ayuda curativa, viable y de bajo costo será usada para hacer una diferencia radical a miles de víctimas de quemaduras en países en desarrollo y pobres, ahorrando tiempo, costos en medicamentos y horas de dolor”,  cita El Espectador a Marcelo Borges, uno de los cirujanos plásticos que trató a Maria Ines Candido da Silva, y que forma parte del equipo de 46 investigadores que desarrollan este estudio.

Imagen: captura de pantalla de video de State News