Hijos de la Migración, los dreamers de España vistos por la periodista mexicana Eileen Truax

Se llama a sí misma una “nerd de la migración”. Es el área de especialidad de la periodista mexicana Eileen Truax, radicada desde 2004 en Los Ángeles, la segunda ciudad con más inmigrantes mexicanos (como ella) en el mundo, como destaca en su blog. Durante seis años trabajó como reportera en el diario La Opinión, el diario en español de mayor circulación en Estados Unidos, y comenzó a contar las historias –y hazañas– de sus paisanos y los de otros países de Latinoamérica; inmigración, fronteras y las vidas de estas comunidades dentro de Estados Unidos se convirtieron en su mayor interés.

“En mis años viviendo en este país he ido descubriendo al México del norte que lleva a su patria en el alma; a los migrantes centroamericanos, sudamericanos, que salen adelante en una tierra extraña y en otro idioma; a quienes mueven los engranes de la potencia mundial, pero que al mismo tiempo, con enorme generosidad, sostienen a quienes se quedaron atrás, en la tierra que los vio partir. En este entorno, es un orgullo hacer periodismo en español”, escribe en su blog.

El más reciente de sus proyectos cruzó el Atlántico. Se llama Children of Migration–en español, Hijos de la Migración— y se dedica a los jovenes latinoamericanos que se residenciaron en España. Acaba de salir al aire, después de la serie que Truax publicó en Hoy Los Ángeles, medio en español del grupo de Los Angeles Times, entre diciembre de 2016 y enero de 2017, con el auspicio del International Center for Journalists.

En la historia de Gilma y sus hijas, emigradas de Honduras todavía sin papeles, se lee, por ejemplo:

“Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en España hay cerca de 750 mil trabajadores domésticos, de los cuales 90% son mujeres. La mayoría son extranjeras, principalmente provenientes de países latinoamericanos. El salario promedio oscila entre los 650 y los 900 euros mensuales. Ese monto, desde luego, no alcanza para regularizar a una familia.

—A mí me gustaría trabajar, no me gusta estar así —dice Estefany tratando de disimular su molestia con su madre—. A veces me enfado con ella porque digo, tendría que haber metido los papeles a tiempo, no es mi culpa. Pero luego se me pasa.

Gilma entonces repite que la situación fue difícil antes, pero que ahora las cosas están mejor”.

O en la de Erick, Jhonatan y Jacky, primos con raíces de Ecuador:

“Aunque los primeros años fueron difíciles para su familia, Erick, Jhonatan y Jacky se sienten cómodos haciendo su vida en España; sin embargo cuando se les pregunta cuál es su país, la respuesta de los tres es Ecuador. Un estudio del Instituto Ortega y Gasset concluyó que la mayoría de los jóvenes hijos de inmigrantes han logrado integrarse exitosamente a la vida en España, y que cerca de la mitad de quienes han nacido fuera se identifican como españoles. Pero este no es el caso de los primos Armijos.

—Es que a nosotros nos han inculcado que somos ecuatorianos —explica Jacky—. Hasta los mismos españoles a veces te dicen: el hecho de que tengas papeles de nacionalidad española, no quiere decir que seas español”.

Los dreamers han sido asunto central en las historias de Truax: menores de edad que llegaron a Estados Unidos con sus padres de forma irregular y que ahora están imposibilitados de ejercer los derechos de un residente y corren el riesgo de la deportación a un país casi desconocido para ellos. Son cerca de 2 millones de los 12 millones de personas sin papeles en Estados Unidos. En 2013, Truax publicó el libro Dreamers, la lucha de una generación por su sueño americano, con la editorial Oceáno, y en 2015 su versión en inglés con Beacon Press.

“Tras el fracaso en 2010 del Dream Act —que proponía dar residencia a miles de estudiantes indocumentados que han crecido y estudiado en Estados Unidos y les abría la puerta para posteriormente alcanzar la ciudadanía—, Truax comprendió aún más que contar las historias de esos jóvenes era necesario. (…) “Cuando te asomas a un caso real de alguien que puede ser tu vecino o la madre de un compañero de escuela de tu hijo, te das cuenta de la magnitud del problema”, escribe sobre el libro Carmen Graciela Díaz en una nota de Univisión.

Cuando Truax hizó la traspolación a España en Hijos de la Migración, encontró similitudes con Estados Unidos. “En ambos países, el porcentaje de población migrante oscila entre el 13 y el 14%. Al igual que en Estados Unidos, el ‘pico’ en la llegada de los migrantes a España se dio durante el año 2000; y antes de que transcurriera una década, las cosas se pusieron difíciles para esta población debido a la crisis económica”.

Pero también una gran diferencia: “La ley de inmigración española ha permitido que la mayoría de quienes llegaron siendo menores de edad, hoy cuenten con documentos para vivir legalmente en el país, en algunos casos con la ciudadanía española. Esta es una diferencia fundamental con respecto a Estados Unidos, donde más de un millón y medio de Dreamers viven sin documentos a pesar de haber pasado toda su vida ahí”.

Es lo que cuenta uno de los primos ecuatorianos:

“A pesar de que los tres chicos aseguran que su identidad es ecuatoriana, cuando se les pregunta por su hogar, los tres responden sin dudar: España.

—A mí me gusta Ecuador, pero mi vida está aquí —dice Jhonatan—. Mis padres sí quieren volver, yo les he dicho que yo no podría. Me he hecho en España”.