200.000 muertes: Un hito que nunca se debió cumplir pero que no debemos olvidar a la hora de votar

Recientemente, nuestra nación ha alcanzado un hito sombrío. Más de 200.000 personas americanas han muerto a causa de COVID-19. No se equivoquen — Miles de estas muertes se pueden haber prevenido con acciones gubernamentales que deberían haber puesto como prioridad nuestra salud y nuestras vidas. En vez, el gobierno estadounidense ha priorizado su propia agenda política, contribuyendo a la confusión entre lo falso y lo verdadero y a la perpetua sensación de que las personas no saben a quién creer.

Esto ha resultado en miles de muertes evitables, y la comunidad latina ha sido entre las más afectadas. Según datos del Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los latinos abarcan 29.5% de los casos de COVID-19 aunque representan 18.5% de la población estadounidense. Además, hay indicios de que los casos son más graves en la comunidad latina: es más de cuatro veces más probable que una persona latina se tenga que hospitalizar por COVID-19 que una persona blanca.  Como médicos, nos sentimos frustrados y profundamente decepcionados al ver el desprecio con el que nuestros líderes están tratando nuestra salud y nuestras vidas.

Pero no tiene por qué ser así. Joe Biden ha propuesto un plan muy detallado para controlar la propagación de COVID-19. Por ejemplo, Biden apoya hacer más pruebas de COVID-19. Propone crear por lo menos diez centros de pruebas móviles en cada estado para incrementar el acceso a hacerse la prueba a más personas. Además, su plan reconoce la prioridad de proteger a los trabajadores esenciales mientras que continuamos el proceso reabrir la economía de una forma segura. Las personas que están trabajando en primera línea de esta pandemia merecen equipo de protección de calidad. También necesitamos introducir e implementar estándares en los trabajos para mantener la seguridad de cada empleado.

Biden tiene un plan para que nuestros hijos e hijas puedan seguir su educación de una forma segura. Ha instado al Congreso a que apruebe más fondos educativos, tal como el HEROES Act, para proteger a los estudiantes, a los maestros y maestras y a todo el personal de enseñanza. Está claro que la pandemia no ha tratado igual a todas las personas.

La pandemia ha destacado las diferencias e injusticias en nuestras poblaciones más vulnerables incluyendo minorías. Necesitamos un liderazgo en la Casa Blanca que se comprometa a que la salud no es un privilegio para los que tengan más recursos, sino un derecho para todos y todas. Ni la raza, ni la etnicidad, ni el idioma, ni el género, ni el nivel de ingresos, ni el código postal deben determinar si una persona recibe los servicios de salud que necesita.

Como médicos y científicos que además formamos parte de una población subrepresentada en la medicina, nos sentimos atacados y debilitados como autoridades en nuestro campo profesional. Las personas ya no saben en qué creer. Es hora de tener a alguien en el gobierno que esté dispuesto a escuchar a los profesionales de salud pública y medicina cuando tome decisiones que afectan la vida de millones de personas. Es imprescindible restablecer la integridad del liderazgo científico estadounidense. Por ejemplo, la inmunidad colectiva simplemente no es una solución viable, y no podemos contar con la efectividad de una vacuna hasta que cada persona en los Estados Unidos tenga acceso a ella. Necesitamos escuchar a nuestros expertos de las enfermedades infecciosas y de salud pública si queremos recobrar la confianza de la gente y prevenir más muertes innecesarias.

200.000 personas americanas muertas simplemente es inaceptable. Votemos por liderazgo presidencial a quien realmente le importe la salud de todas las personas y que tenga un plan detallado, prudente y práctico para cumplir sus metas. Si hay algo que esta pandemia nos ha enseñado, es que nuestra salud y nuestras vidas están en peligro si no tenemos un gobierno capaz de tomar decisiones sensatas y basadas en la salud. Este noviembre, vota con nosotros por la salud — la mía, la tuya, la nuestra.

Autores:
Pilar Ortega, MD es médica de emergencias en University de Illinois College of Medicine y presidenta de la Organización Médica por el Progreso Latino (MOLA, por sus siglás en inglés).
Sergio Rimola, MD FACOG. Ginecólogo y Obstetra Inova Fairfax Hospital Virginia. Co-Director del área de Washington DC de la Asociación Nacional de Médicos Hispanos de Estados Unidos. (NHMA, sor sus siglas en ingles).
George Corpuz, BA, BS es estudiante de medicina Weill Cornell Medicine.