Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, oficialmente designado por las Naciones Unidas. La violencia contra las mujeres y las niñas persiste como una violación generalizada y devastadora de los derechos humanos en todo el mundo. Pero este año, la pandemia COVID-19 ha empeorado las condiciones de las mujeres que enfrentan violencia de género, particularmente en el ámbito doméstico. La sobrecarga de los servicios de salud y los confinamientos han contribuido al desarrollo de una “pandemia en la sombra” en medio de la crisis mundial. En este día, honramos a las víctimas y sobrevivientes y nos comprometemos a tomar medidas para eliminar la violencia contra las mujeres, en América Latina y más allá.
Este 25 de noviembre marca el inicio de 16 días de activismo que concluirán el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. El tema del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de este año es “Pinta el mundo de naranja: ¡financiar, responder, prevenir, recopilar!”Durante este tiempo, la campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres del Secretario General de la ONU se centrará en “ampliar el llamado a la acción global para cerrar las brechas de financiamiento, garantizar servicios esenciales para las sobrevivientes de la violencia durante la crisis de COVID-19, enfocarse en la prevención y recopilación de datos que pueden mejorar los servicios que salvan vidas para mujeres y niñas.”
La violencia contra la mujer puede manifestarse en formas físicas, sexuales y psicológicas, que incluyen, entre otras, violencia por un compañero sentimental, violencia y el acoso sexual, la trata de seres humanos, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. Según la definición de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de 1993, la violencia contra la mujer es “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
La violencia de género es un problema de derechos humanos global, pero la implementación de leyes para proteger a las mujeres es particularmente débil en América Latina. Entre los 25 países con las tasas más altas de feminicidio en el mundo, 14 se encuentran en América Latina. Al menos una de cada tres mujeres de la región ha sufrido violencia de género en algún momento de su vida.
Antes de la pandemia, el feminicidio le quitaba la vida a 12 mujeres todos los días en América Latina y el Caribe, y el 98% de los homicidios quedan sin enjuiciamiento. Y estos datos no incluyen a Brasil, el país con los peores registros de violencia de género, ni toma en cuenta con precisión áreas de alta concentración de pobreza y zonas de conflicto. En El Salvador y Honduras, por ejemplo, las tasas de feminicidio superan el 10 por cada 100,000 mujeres, lo que supera la tasa combinada de homicidios de hombres y mujeres en algunos países con las tasas de homicidio más altas del mundo, como Ecuador y Nicaragua.
Las altas tasas de feminicidio y violencia de género en América Latina se deben en parte a sistemas patriarcales rígidos y a la cultura del machismo. Otro factor que contribuye es la aplicación deficiente de las leyes adoptadas para proteger a las mujeres. Entre 2008 y 2015, el número de países de América Latina con legislación especial sobre feminicidio subió de nueve a 16. Además, todos los países de la región han ratificado la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y 14 han ratificado la Protocolo facultativo de la Convención que reconoce la competencia del Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. Sin embargo, es evidente que estas leyes y compromisos no han sido suficientes para detener la violencia contra la mujer en la práctica.
Aunque estos hechos suenan desalentadores, sobre todo cuando al enterarnos que la violencia de género se está intensificando durante la pandemia, todos tenemos un papel que desempeñar para poner fin a la violencia contra las mujeres. Aquí, 10 acciones a tomar, según lo recomendado por ONU Mujeres (haga clic en el enlace para obtener más información). Además, aquí se puede encontrar una lista de líneas de ayuda en cada país.
- Escucha y cree a las sobrevivientes
- Enseña a la próxima generación y aprende de ella
- Exige respuestas y servicios adecuados para su propósito
- Comprende qué es el consentimiento
- Conoce los indicios del maltrato y aprende cómo puedes ayudar
- Inicia una conversación
- Demuestra tu oposición a la cultura de la violación
- Haz donaciones a organizaciones de mujeres
- Sé responsable y exige responsabilidades a los demás
- Conoce los datos y pide más información