Una investigación de la ONU indica que entre el 10% y el 20% de las tierras de secano y el 24% de los terrenos utilizables del mundo están degradados, lo que implica un costo global anual calculado en US$ 40.000 millones, aparte de la reducción o pérdida de diversidad biológica y productividad, pero la utilización de sistemas de gestión de suelo enfocados en el largo plazo permitiría producir US$ 2.300 millones de toneladas más de cultivos en todo el mundo.
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