61% de las mujeres hispanas de EEUU participan en el mercado laboral del país y la tasa seguirá creciendo

Las estadísticas oficiales del de Estados Unidos lo dicen claro: las mujeres latinas emergen como una fuerza poderosa dentro del mercado laboral del país, obtienen cada vez más títulos universitarios, lo cual facilita su empleo, y, además, crecen en número como emprendedoras.

Esto ocurre a pesar de las presiones y restricciones del gobierno de Donald Trump a la inmigración, y aunque todavía hay brechas laborales importantes que las afectan.

Según el último informe (el de noviembre) sobre la situación del empleo de Estados Unidos de la Oficina de Estadísticas del Trabajo, 61% de las mujeres hispanas participan en el mercado laboral de ese país, dos puntos por encima del porcentaje nacional de participación de todas las mujeres, que es de 59%.

Esto significa que en 2018, añaden estas estadísticas, las mujeres hispanas tuvieron una tasa de participación total en el mercado laboral estadounidense de 7,5%. Las proyecciones de la Oficina de Estadísticas del Trabajo dicen que en 2028 esta participación crecerá a 9,2%.

Los latinos, mujeres y hombres, tienen en la actualidad un 17,5% de presencia activa en el mercado laboral y en 2028 ese porcentaje subirá a un 20,9%, dicen las mismas proyecciones.

“Para las latinas, el impulso a ir a la escuela y al trabajo, como ocurre con muchos grupos de inmigrantes, proviene con frecuencia de haber visto el sacrificio de sus padres que luchaban para encontrar un asidero económico para sus familias”, analizan Craig Torres, Viviana Hurtado y Alexandre Tanzi en un extenso reportaje de Bloomberg, que también dio cuentas de las estadísticas de la Oficina del Trabajo.

De hecho, además, las mujeres hispanas registraron un alto crecimiento de asistencias a la universidad y de obtención de títulos en áreas diversas, como elaboran los tres periodistas en este reportaje, basados en el Censo de Estados Unidos.

En la última década, las mujeres latinas con títulos universitarios en este país se han duplicado a 4,8 millones (son 2,4 millones más), lo cual aumenta su capacidad de entrar en el mercado laboral.

En el artículo ponen el ejemplo de Mayra Macías, hija de inmigrantes mexicanos que creció en Chicago viendo a su padre trabajar 14 horas diarias como recolector de basura en las calles. Macías se graduó en la Universidad de Yale con un título en Estudios de Estados Unidos y en Etnias, Raza y Migración, y ahora es la directora ejecutiva de Latino Victory Project.

“Estados Unidos necesita a la inmigración para aumentar su fuerza laboral si quienes diseñan las políticas desean un potencial económico mayor para el futuro”, escriben los periodistas. “Mientras la porción de inmigrantes en Estados Unidos están por debajo de los máximos históricos que se registraron hace más de cien años, también están en declive algunas estimaciones de inmigración no autorizada”, agregan.

Y citan a Randy Capps, director de investigaciones en Estados Unidos del Instituto de Políticas Migratorias en Washington: “Sin los inmigrantes y sus hijos, nuestra fuerza laboral en efecto se achicaría”.

Las emprendedoras latinas también suben como fuerza, como reseñamos en noviembre en IQ Latino. El último informe sobre el Estado del Emprendimiento Latino que desde 2015 elabora la Universidad de Stanford, indica que las mujeres latinas son propietarias del 25% de los negocios llevados por hispanos, con un crecimiento anual de 10%, 4% más que los negocios dirigidos por hombres latinos. Las compañías de mujeres hispanas generan 66 mil millones de dólares en ventas anuales y emplean a 600 mil personas.

En el reportaje de Bloomberg, los tres periodistas agregan las cifras de un informe de American Express que dice que desde 2014 las compañías dirigidas por mujeres de minorías raciales ha subido a cerca del doble entre todos los negocios llevados por mujeres. Y dan el ejemplo de un programa gubernamental de la ciudad de Nueva York que atiende a mujeres emprendedoras: desde 2015, entre 35% y 40% de las 9 mil mujeres han participado en este programa son hispanas.

No es extraño que una mujer hispana pase de hacer trabajos para sobrevivir a tener su propio negocio. Los reporteros cuentan la historia de Ramona Cedeño, que tiene 43 años y llegó a Nueva York desde República Dominicana cuando tenía 18. Entonces trabajó en una tienda de zapatos para ayudar a su madre con las cuentas y juntar dinero para que sus tres hermanas emigraran también. Ahora tiene su propio negocio de servicios financieros.

Además del factor cultural, está esa condición muy frecuente entre los inmigrantes: trabajar puede significar no solo mantener las cuentas al día, sino tener un techo, no quedarse en la calle.
Eso recuerda Leslie Rangel, hija de mexicanos, de Austin. “Para nosotros el fracaso significa literalmente quedarnos en la calle”, dice en el reportaje de Bloomberg. Rangel vivió en un refugio para personas sin hogar cuando tenía ocho años y ahora es un ancla de televisión de 30. “Sabía que ir a la universidad equivaldría a no estar sin techo nunca más”, dijo.

Imagen: Geralt/Pixabay