#Protestify: Protesta y testifica

De cómo la crisis venezolana ha dado pie a innovaciones en el campo de la protesta social 2.0

Recientemente participé en un panel en la Universidad de Columbia, en Nueva York, sobre la situación de la libertad de expresión en Venezuela. Como periodista venezolano y como parte de la familia NTN24, sentía que tenía algunas cosas que ofrecer como testimonio a un público ávido por conocer lo que realmente está ocurriendo allí..

Como todo buen encuentro, el debate me permitió descubrir cosas nuevas e incluso enterarme de innovaciones en el campo de la protesta social 2.0 que compartiré acá.

Pero antes un poco del contexto. Mi propósito al aceptar la invitación fue el de explicar una de las sorpresas de esta crisis, que habíamos ilustrado en un reportaje de Efecto Naím.

Pregúntese: ¿Cuál es el país de América Latina donde alguien al encender la radio o la televisión no se entera de lo que ocurre?

Cuba gozaba hasta ahora de esa exclusividad. Venezuela la imita.

El gobierno de Nicolás Maduro ha intentado imponer un bloqueo informativo casi total. Las estaciones controladas por el Estado transmiten la imagen de un país en calma, donde unos pocos “terroristas apátridas” han estado protestando aisladamente, pero han sido controlados.

En este sentido, las transmisiones de los responsables de Venezolana de Televisión y de Telesur pasarán a los anales de la infamia.

Los canales privados nacionales que siguen operando y algunos internacionales han sido amenazados.  Muchos se han sometido a una estricta autocensura o han sido clausurados.

Los corresponsales de CNN llegaron a ser expulsados del país y el Presidente amenazó con prohibir la transmisión de su señal, como ya lo hizo con NTN24 que ahora no puede ser vista por los venezolanos.

Los periódicos y revistas, no logran importar papel. Al menos once diarios han dejado ya de circular, los otros apenas sobreviven.

El sindicato de la prensa ha denunciado que más de 70 periodistas, hasta la fecha, han sido detenidos arbitrariamente, hostigados, golpeados, torturados o se les ha robado sus equipos de trabajo durante las manifestaciones.

Sin embargo, los venezolanos se enteran de todo gracias a las redes sociales de la internet. Twitter y Facebook son un campo de batalla de las mentes y corazones de los venezolanos.

Mas de 42 por ciento del país tiene acceso a internet en sus hogares y 31 por ciento posee un teléfono inteligente. Es el quinto país del mundo en penetración de Twitter y Facebook es una red social aún más popular en el país.

La sorpresas de las que hablamos son dos: la decisión de un gobierno democrático en este siglo 21 de imponer un bloqueo total a la información a la que pueden acceder los ciudadanos y su fracaso en lograrlo.

Esto último ya no debería ser una sorpresa. Sólo gobiernos totalitarios como el de Corea del Norte o el de Cuba logran imponer por la fuerza una censura total a sus pueblos.

La tecnología de la información también se ha vuelto una tecnología de liberación para quienes son censurados por sus gobiernos como está intentado hacer Nicolás Maduro.

Pero como descubrí -o confirmé- en el auditorio de Columbia University, también estas tecnologías pueden ser causa de confusión y herramientas de manipulación.

Algunos de los presentes, entre ellos varios brasileños, comentaron que en sus páginas de Facebook recibían muchas imágenes denunciando los abusos policiales en Venezuela que terminaban siendo fotos tomadas originalmente en Ucrania.

“¿Cómo vamos a creer en la oposición venezolana si recurre a estos trucos?”, me decía uno.

Esta preocupción me pareció perfectamente legítima y le respondí: “Sí es cierto, la mayor parte de los documentos gráficos que dan cuenta de violaciones a los derechos humanos son tomados por ciudadanos comunes o los propios estudiantes y puestos a circular por las redes sociales. En Twitter o Facebook abunda gente inescrupulosa (que pueden ser tanto manipuladores de la oposición, como funcionarios del gobierno intentando desprestigiar a los que denuncian) que pone a circular rumores e imágenes trucadas. Es allí”, le explico, “donde hace falta el criterio profesional del periodista, para separar el heno de la paja”.

Pero así como es cierto que los fotógrafos, camarógrafos y periodistas tradicionales han sido blanco de la policía y los grupos paramilitares, precisamente para que no queden testimonios profesionalmente verificables, también lo es que las redes sociales y las tecnologías de información, distribuidas en muchos puntos de vista y apoyadas en decenas de fuentes simultáneas, pueden reconstruirse con gran facilidad para demostrar la verdad.

También surgen tecnologías que permiten hacer crowverification, o verificación colectiva de las imágenes. Precisamente ese esa es la misión que se ha establecido Protestify.org. Una organización nueva, nacida de estudiantes de la misma Universidad de Columbia a la luz de protestas que emergen en todo el mundo.

Protestify.org es una plataforma que permite concentrar, en tiempo real, con el uso de un hashtag (#protestify) imágenes y videos de protestas de distintos rincones del planeta y mostrarlas en un canal especializado en separar el heno de la paja.

Una innovación que seguramente encontrará muchas aplicaciones en esta época en que los ciudadanos toman las calles para protestar y testificar.

ROGER SANTODOMINGO | @CodigoRoger