Al contrario de lo que podría pensarse, la era digital ha significado un renacer para las industrias del papel, que aunque en un principio vieron una merma significativa de sus ganancias, con un cambio en la mentalidad, innovación y reciclaje han podido salir a flote y, en algunos casos, mutliplicar sus ganancias.
The Wall Street Journal narra la experiencia, por ejemplo, de International Paper Co., el mayor productor del mundo, está entre las empresas que se han beneficiado de los nuevos hábitos digitales. Compró varios fabricantes de cajas de cartón corrugado, que ahora se emplean en envíos de productos de minoristas en línea como Amazon. IP, con sede en Memphis, en el estado de Tennessee, afirma que posee una participación de mercado de 35%.
Desde marzo de 2009, cuando el mercado bursátil de Estados Unidos tocó fondo, las acciones de las papeleras han registrado un alza cinco veces mayor que la del S&P 500.
Fue lo que le ocurrió a Mohawk Fine Papers, una planta que producía papel grueso que la empresa vendía a clientes de la envergadura de la tecnológica IBM, la energética Exxon Mobil, el conglomerado industrial y financiero General Electric, así como otros gigantes que lo utilizaban en sus memorias anuales.
Mohawk perdía clientes rápidamente conforme las empresas reducían sus gastos en folletos, informes financieros y materiales de marketing. Su planta de 32.500 metros cuadrados pasó de operar siete días a la semana a cinco y, posteriormente, a cuatro. “Por primera vez en cientos de años, el papel tenía que encontrar una justificación”, señala Thomas D. O’Connor, presidente ejecutivo y titular de la junta.
En 2004 la empresa tomó prestado millones de dólares para expandirse en el rubro de los artículos de escritorio. La inversión empieza a dar frutos ahora que los estadounidenses han reanudado su relación con el papel, consumiendo menos del tipo barato que se usa para leer noticias, pagar facturas y mantener archivos, y más del caro empleado en las tarjetas personalizadas para celebrar algún evento, en anuncios o en álbumes fotográficos de servicios en línea como Shutterfly Inc.
También ocurre lo mismo en otras partes del mundo. Anticipándose al Mundial de Fútbol de este año y los Juegos Olímpicos de 2016, la empresa IP proyecta que la demanda de cartón corrugado crecerá 3,8% en el país entre 2014 y 2016, comparado con 2,9% en el resto del mundo, según indica su vocero Thomas J. Ryan. IP
En febrero, IP anunció una inversión de casi US$ 70 millones para duplicar el tamaño de una fábrica de productos de papel para la industria de alimentos, como los vasos desechables de café que usa Starbucks. También ha remodelado una planta para hacer un material absorbente utilizado en pañales, que se exporta principalmente a China.
En América Latina se prevé un alza anual de 2,1% en la demanda de papel para escribir e imprimir entre 2012 y 2016, frente a una caída de 2,6% al año en Norteamérica, señala Ryan, de IP. La empresa es el mayor fabricante de este tipo de papel en la región (excluyendo México), con 36% de la capacidad de producción, seguida de la brasileña Suzano, con 30%, y la colombiana Carvajal Pulpa y Papel, con 6%, según datos de 2012 de IP y la consultora Pöyry.
La industria papelera de EEUU ha sufrido en los últimos 10 años y que tal vez el consumo nunca vuelva a alcanzar el volumen máximo registrado en 2000, cuando se produjeron 94 millones de toneladas de papel y embalaje basado en papel. El año pasado, el volumen fue 14,5% menor que su máximo, según la Asociación Estadounidense de Bosques y Papel.
La menor demanda de papel de diario, de impresora y de escribir es responsable por cerca de 85% de la caída. Medidas del gobierno en los años 90 para reducir el uso de papel asestaron duros golpes en un inicio, explica Elaine Kamarck, de la Institución Brookings, un centro de estudios de Washington.
La industria papelera, que no estaba preparada para la transición a la era informática, se ha recuperado desde entonces al adaptarse a los cambios que ha habido en la cultura del país.
Fuente: Reportaje original de KATHERINE ROSMAN publicado en The Wall Street Journal | @IQLatino