La naturaleza tarda más de 500 años en descomponer una llanta de automóvil. El Ministerio de Ambiente de Ecuador asegura que en el país suramericano se desecha anualmente 2,4 millones de neumáticos que “muchas veces terminan arrumados” en los patios de las casas, abandonados en las riberas de los ríos, arrojados en los bordes de las carreteras o, en el peor de los casos, incinerados.
Esto produce elementos contaminantes como el monóxido y dióxido de carbono y azufre. Sin embargo, esa situación puede estar cambiando.
Además de mochilas, carteras, monederos o zapatos que se elaboran con las llantas recuperadas de bicicletas o motos, ahora se intenta convertir ese desecho en materia prima para fabricar asfalto y césped sintético.
En eso trabaja Rubberaction, una empresa que recicla 6.500 llantas mensuales, cuyo principal destino es precisamente el uso de este material en pisos deportivos.
Fernando Prado es gerente de esta firma y sabe que el 100% de un neumático es reciclable, pues este se compone de un 76% de caucho, 20% de hilos metálicos de acero y 4% de hilos nylon.
En esta empresa, ubicada a las afueras de Quito, a diario se realiza el proceso de separación de los componentes para darles un nuevo uso. El caucho granulado se coloca sobre una capa de arena debajo del césped sintético.
Su uso implica un ahorro en mantenimiento, reducción en el consumo de agua y resistencia a condiciones climáticas como frío o calor extremos.
Fuente: El Comercio | @IQLatino