La Fundación de Bill y Melinda Gates, que a principios de año denunció tres mitos que bloquean la lucha contra la desigualdad en el mundo ha puesto en marcha la campaña #stopthemyth, a través explicaciones en su blog y algunos cortos videos didácticos, con los que trata de demostrar que muchas de las ideas instaladas en buena parte de la población son simples mentiras que solo conducen a la inacción. Estos son los tres grandes mitos sobre la pobreza que intentan desterrar.
1 ) Los países pobres están condenados a seguir siéndolo
Desde 1990 la pobreza se ha recortado a menos de la mitad y países que tradicionalmente eran receptores de ayuda internacional, como Corea del Sur, India, Japón o Brasil, están ahora donando a otros para que mejoren su situación. Según la Fundación Gates, si este progreso continúa al mismo ritmo, podría no haber países pobres en el año 2035.
2 ) La ayuda internacional supone un malgasto de dinero
Los países donantes gastan menos del 1% de su presupuesto en ayuda internacional. Es una ayuda que salva vidas, mejora la calidad de vida y ofrece “un enorme retorno con una pequeña inversión”, explican en un vídeo.
Esto es así porque, al contrario de lo que mucha gente piensa, las guerras y los desastres naturales no son las mayores causas de mortalidad. En realidad, las enfermedades prevenibles con relativamente poco dinero se cobran muchas más vidas. El 83% de los niños del mundo de menos de cinco años fallece por dolencias que se podrían haber curado, problemas en el parto o de nutrición, todos ellos evitables con la atención o el tratamiento adecuado. “Ahí es donde podemos cambiar el mundo”, asegura el divulgador científico Bill Nye en uno de los videos.
3) Salvar vidas conduce a la sobrepoblación mundial
Es el más cruel de los tres mitos sobre la pobreza. Y también es falso. Los países con mayores tasas de mortalidad son también los que tienen mayores porcentajes de crecimiento poblacional. Las estadísticas muestran que cuando los niños sobreviven, los padres tienden a procrear menos. Esto se ha comprobado en países donde la tendencia ha cambiado, como Tailandia o Brasil.
Fuente: El País (ES) | @IQLatino