En la Clínica Mayo (EEUU) los grandes datos, conocido en inglés como Big Data, ya están mejorando la atención médica al aglutinar y sistematizar información de diversas fuentes sobre nuevas enfermedades y patologías, así como tratamientos innovadores y efectivos, lo que no sólo beneficia a la comunidad científica sino especialmente a pacientes y sus familiares.
En cuestión de atención sanitaria la mayor parte de las veces el Big Data se focaliza en problemas sencillos que afectan a muchas personas, comparando datos de muchas fuentes para detectar parecidos entre casos, identificando tratamientos que funcionan mejor y cuestan menos.
En la Clínica Mayo esto ha implicado proyectos como el Centro para la Ciencia de la Atención Médica, que sólo cuenta con tres años y estudia las innovaciones en el campo de la organización de la atención médica. Los proyectos del centro incluyen una serie de laboratorios departamentales de ingeniería clínica, cada uno gestionado por un médico de esa especialidad y un científico de datos. El primer laboratorio se creó para la medicina de urgencia.
Dentro de un año la sala de urgencias espera obtener mejores datos sobre el seguimiento a los pacientes, cuánto tardan en recibir la visita de un médico y cuánto tiempo se quedan en urgencias, explica Tom Hellmich, pediatra y uno de los gestores del laboratorio.
El programa de Big Data médica también toma en cuenta a los pacientes psiquiátricos de urgencias que requieren rápidamente plazas en programas de ayuda. Los datos de ese proyecto deberían ser útiles tanto para los administradores del hospital como para los legisladores interesados en la reforma de la salud mental, según el director del Laboratorio de Urgencias, Kalyan Pasupathy.
De todas las iniciativas relacionadas con Big Data en la clínica Mayo, el proyecto que probablemente tenga el mayor impacto a largo plazo sea la asociación firmada el año pasado con la unidad de análisis de datos de United Health Group, llamada Optum Labs.
El proyecto consiste en estudiar las reclamaciones recibidas de 109 millones de pacientes, con las que contribuye Optum y 30 millones de historiales médicos, entre ellos cinco millones provenientes de Mayo. La investigación que se está llevando a cabo analiza temas como la comparación del rendimiento de los compuestos en los ensayos clínicos con su eficacia en grandes poblaciones de pacientes una vez que se aprueban; cómo varía la práctica médica en distintos lugares; y cómo atacar problemas como los ingresos hospitalarios excesivos.
Fuente: Reportaje original de Tim Mullaney publicado en MIT Technology Review | @IQLatino