Toda pareja que celebra por todo lo alto su enlace aspira a sorprender a sus invitados y a tener el mejor recuerdo de ese día tan especial que se va en un suspiro. Al tradicional fotógrafo y equipo de cámaras, que luego entrega un DVD que puede oscilar entre el glamour y la elegancia y el mal gusto y lo vulgar, se suman ahora las compañías que alquilan drones para bodas con el fin de obtener imágenes desde una perspectiva única.
Las empresas pioneras que han apostado por este servicio están teniendo más demanda de la que pueden satisfacer. Eso sí, la incertidumbre regulatoria para el manejo de estos aparatos mantiene desconcertado al sector que ahora se limita a volar y grabar en recintos privados como son las fincas donde tiene lugar el banquete.
José Robles es uno de los dos socios que conforman la empresa DroneSevilla, con sede en Sevilla, España. Robles confirma que “cada vez más parejas se interesan por un servicio cuyo precio oscila entre los US$ 517,84 y US$ 1.035,87 (400 y 800 euros) en función de si luego se editan las imágenes o se entrega al cliente el bruto de la grabación.
Los drones para bodas van equipado con una cámara de alta definición de 1080 p, equivalente a una Go Pro 3. “Cuando está en el aire la cámara se puede mover de arriba abajo con el móvil y también de forma lateral con el mando del aparato”, explica Robles.
“Incluso podría emitirse en streaming lo que está grabando el dron con ayuda de un router WiFi. Las posibilidades son enormes, aunque siempre existe la limitación de unas baterías que permiten unos 15 o 20 minutos de vuelo”, añade.
En cualquier caso, lo que se presentaba como un negocio boyante, el del alquiler de drones para bodas y sus pilotos, un sector que crece en países de nuestro entorno, ha recibido un revés de la mano de una normativa en la que trabajan las autoridades que se presume muy exigente. El pasado mes de julio, el Ministerio de Fomento de España aprobó una regulación temporal del uso privado y comercial de estos aparatos. La reglamentación que se avecina regulará operaciones de toda índole, desde la filmación de películas a la vigilancia de incendios, pero hasta que esté fijado el marco normativo se ha restringido el vuelo sobre áreas pobladas y se limitarán al espacio aéreo no controlado.
Fuente: EFEfuturo | @IQLatino