Todavía no han cumplido 35 años y ya están abordando grandes retos como la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas y el cambio climático. Son biotecnólogos, ingenieros, informáticos, lingüistas y expertos en análisis de datos que trabajan en las fronteras de sus áreas, han evolucionado rápidamente en sus carreras y demostrado un alto potencial de impacto en el futuro energético, la mejora de la salud, la educación y el medio ambiente. Ellos son los innovadores españoles menores de 35 años escogidos por MIT este año.
Por cuarto año consecutivo, MIT Technology Review en español ha concedido estos galardones en el país para reconocer a los diez tecnólogos españoles más brillantes. Esta edición ha premiado avances en genómica, microrrobótica, biomedicina, big data, almacenamiento de CO2, nuevos materiales, neuroimagen y aplicaciones educativas, entre otros campos. Son diez innovadores españoles, seis hombres y cuatro mujeres cuyas edades oscilan entre los 28 y los 34 años y a los que MIT Technology Review en español ha querido reconocer por su osadía e ingenio.
Héctor Gómez, 34 años: Crea métodos computacionales capaces de predecir cómo evolucionará el cáncer de próstata en cada paciente. Según el jurado, este joven investigador “no sólo demuestra características de innovador, sino, además, capacidades de organización que permiten multiplicar esa innovación”.
Belén Masiá, 28 años: Combina investigación en percepción humana y en técnicas computacionales para detectar y paliar discapacidades visuales. El enfoque de esta joven podría integrarse en el futuro en diferentes hardwares, como un implante o unas Google Glass.
Luz Rello, 29 años: Sus herramientas informáticas mejoran la lectura y escritura de las personas con dislexia. Su investigación ya está integrada en sus tres herramientas digitales: el servicio web Text4All, en el libro electrónico DysWebxia Reader para iOS y en IDEAL eBook Reader para Android.
Paulo Rodrigues, 33 años: Ha creado un software de análisis en la nube que convierte neuroimágenes en mapas 3D del cerebro manipulables en tiempo real. Su plataforma en la nube CloudN procesa estas imágenes cerebrales captadas mediante varias técnicas de resonancia magnética, mostrando al médico un mapa 3D del cerebro.
Samuel Sánchez, 34 años: Sus nano y microrrobots tubulares podrían transportar espermatozoides, descontaminar el agua y entrar en células cancerígenas. Desde el Instituto Max Planck para Sistemas Inteligentes (Alemania), el joven investigador crea estos microrrobots capaces de convertir energía en movimiento de forma autónoma y de reaccionar ante estímulos externos.
Víctor Vilarrasa, 34 años: Sus herramientas numéricas pueden ayudar a abaratar el almacenamiento subterráneo de CO2. Su objetivo es determinar mediante ecuaciones y modelización por ordenador los rangos de temperatura y presión a los que el dióxido de carbono debe ser inyectado para almacenarlo de forma permanente con el menor gasto energético posible en cada caso.
Alberto Acedo, 30 años: Su test basado en ultrasecuenciación de ADN detecta mutaciones en genes relacionados con cánceres hereditarios.La empresa AC-Gen Reading Life, cofundada por Acedo, es un centro de diagnóstico genético autorizado por la Consejería de Sanidad de Castilla y León (España).
Sergio Álvarez, 28 años: Sus herramientas de visualización de código abierto cuentan las historias que esconden los grandes volúmenes de datos. Este ingeniero técnico en Informática de Gestión de por la Universidad Rey Juan Carlos (España) fundó en 2008, con tan solo 22 años, su empresa: Vizzuality.
Sandra Cifuentes, 28 años: Sus materiales bioactivos pueden mejorar los implantes óseos reabsorbibles. Desde su laboratorio en el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC), y con apoyo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros, lidera la creación de este nuevo material.
Judit Cubedo, 32 años: Ha creado un kit para identificar una proteína marcadora con el que diagnosticar el infarto en fases más tempranas. Desde el Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC), en el que trabaja, espera que su sistema pueda extrapolarse en el futuro a otras patologías, como las neurodegenerativas.
Fuentes: MIT Technology Review – BBVA Innovation Center | @IQLatino