En una favela de Río de Janeiro, en Brasil, ha abierto sus puertas la primera cancha de fútbol que funciona con la energía que proporcionan los propios jugadores, gracias a un sistema de placas situadas bajo el ceped que convierten las pisadas en energía eléctrica con la cual es posible iluminar los focos del campo.
La favela de llama Morro da Mineira. El sitio donde ahora funciona la cancha de fútbol era un terreno abandonado. En el campo se han instalado 200 placas cinéticas bajo la grama artificial. Aparte de contribuir con el ahorro energético, este sistema también ayuda al propio barrio a participar en acciones con el ambiente lo cual redunda en la propia autoestima de sus pobladores. Además, pueden jugar a cualquier hora ya que no tendrán problemas de energía, más allá que el de la fuerza de las piernas de los 22 jugadores
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