Unos cuantos miles de propietarios, con fincas de más de 1.000 hectáreas, son los principales responsables de la deforestación de la Amazonia. Un estudio, apoyado en satélites, muestra que el plan del Gobierno de Brasil para frenar la desaparición de la selva se está agotando. Incluso, en 2013, hubo un repunte de la tala de árboles. Hasta 2004, la Amazonia perdía unos 20.000 km2 anuales de media. En 2004, uno de los peores años, la cifra alcanzó los casi 27.000 km 2 cuadrados (2,7 millones de hectáreas). Desde entonces, el ritmo anual de deforestación de la Amazonia se ha visto ralentizado hasta los entre 5.000 y 7.000 km2 anuales gracias a un plan puesto en marcha por el gobierno de Lula Da Silva que incluía la creación de nuevas reservas, la regularización de la propiedad de muchas pequeñas fincas, la promoción de sistemas agrícolas sostenibles y, en especial, la vigilancia del uso de tierras, llegando a multar a sus propietarios y hasta a embargarles. Aunque los datos son positivos, lo único que ha conseguido la Amazonia es ganar tiempo. No desaparecerá en este siglo pero, de seguir así, sí en este milenio.
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