María José Montero, gerente del Fondo de Inversión Social (FIS) de Chile, aseguró que los proyectos sociales son una realidad en el país austral gracias al emprendimiento del sector privado.
El emprendimiento es una alternativa atractiva para aquellos profesionales que están agobiados del horario, rutinas y jefes, o para las personas que notan una necesidad dentro del mercado y descubren como satisfacerla a través del ingenio o la innovación.
Para todo lo anterior existen diferentes líneas de apoyo y financiamiento para concretar los anhelados proyectos, sin embargo, cuando el emprendimiento tiene como adjetivo “social”, la ausencia por parte del Estado se manifiesta.
Al referirse a la entidad financiera, Montero explicó que se trata de “una herramienta para el mercado chileno, cuyo fin es promover inversión con objetivos de impacto social. Mediante la inversión en sectores como microfinanzas, educación, salud, vivienda social y medioambiente, el inversionista obtiene un retorno económico a la vez que su inversión genera un impacto social alto y cuantificable”.
Hasta el momento, los proyectos con impacto social son financiados por el sector privados chileno, que ha reemplazado el apoyo del Estado para los emprendedores que buscan cubrir una necesidad en una entorno específico de la sociedad.
“Espero que el Estado se meta con fuerza en este tema, ya que en Chile los emprendimientos sociales son una realidad, si existieran líneas concretas de financiamientos, claramente esto avanzaría y se desarrollaría en una escala mucho mayor”, destacó Montero.
La gerente del FIS no descartó que también es el mismo Estado el que debe incentivar al sector privado chileno a financiar los proyectos que posean un carácter social, incluso comparando el método que se ocupa en Gran Bretaña.
“En Inglaterra, además de generar incentivos tributarios para inversionistas sociales, tomaron todas las cuentas corrientes que no han sido reclamadas por privados, las provisionaron y un porcentaje de esas las dieron para financiar proyectos con carácter social”, agregó María José Montero, quién además aseguró que esa medida puede ser perfectamente aplicable en Chile.
En el inicio y parte del desarrollo de los proyectos de carácter social, por lo general se presentan eventos inesperados y momentos difíciles, explica Montero, “pero es tanta la convicción que presentan los emprendedores, donde saben que el fin es beneficioso y que va tener un impacto social, que la superación y el aprendizaje aparecen de la mano”.
Los emprendedores del sector privado chileno no sólo realizan una inversión, sino que además se hace una gestión por parte del FIS, “nosotros también nos asociamos y vamos apoyando las eventualidades”.
Fuente: Artículo publicado originalmente en BioBioChile | @IQLatino