Solveiga Pakstaite, una joven británica estudiante de diseño y tecnología industrial de la Universidad de Brunel, en Gran Bretaña, quiere poner fin al drama del desperdicio de alimentos en el mundo mediante una etiqueta biorreactiva capaz de detectar el estado de conservación de alimentos real y rango si se encuentra en un estado de descomposición. La innovadora etiqueta fue batizada por su creadora como Bump Mark y ha sido merecedora del prestigioso premio en diseño James Dyson.
Pakstaite concibió su creación usando gelatina, película de plástico y una lámina de plástico con salientes. Bump Mark funciona con verificación táctil: simplemente se desliza el dedo en la etiqueta insertada en los envases de alimentos. Si al tacto la etiqueta permanece lisa, la comida es apta para el consumo. Si, al contrario, la etiqueta ofrece resistencia al tacto, ello significa que el alimento pereció y no debe ser consumido.
Esto es posible porque la gelatina que contiene la etiqueta es de proteína animal y también se descompone como el alimento. Con la descomposición la gelatina se convierte en líquido y modifica la superficie de la etiqueta.
Pakstaite considera que Bump Mark puede ser utilizada no sólo en los alimentos, sino también en las drogas o el transporte de órganos para el trasplante.
Ahora, el siguiente paso es invertir en la creación de impresoras de etiquetas capaces de producir la Bump Mark en sus envases, y educar a los los consumidores en el uso del indicador biológico.
Los desperdicios de alimentos tiene graves consecuencias sociales, ambientales y económicas en el mundo. De acuerdo con datos de la Comisión Europea , se estima que hasta 100 millones de toneladas de alimentos se desperdician en la Unión Europea cada año.
Fuente: Artículo original publicado (en portugués) en América Economía | versión IQLatino
Imagen: James Dyson