Los gobernantes iberoamericanos comenzaron a llegar el domingo al puerto mexicano de Veracruz para asistir el lunes y el martes a la XXIV Cumbre Iberoamericana que será clave en el proceso de renovación que arrancó hace dos años en el seno de esta comunidad de más de 600 millones de habitantes y que estará dedicada a la educación, la cultura y la innovación.El ministro mexicano de Asuntos Exteriores, José Antonio Meade, aludió a la revitalización y renovación que viven las cumbres tras un “proceso amplio de consulta”, al igual que la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, que asiste a su primer cónclave tras su nombramiento en abril pasado. Desde la primera cumbre iberoamericana celebrada en 1991 en Guadalajara, en el oeste de México, América Latina ha cambiado y ahora “quiere una relación mucho más horizontal, mucho más simétrica con los países de la Península Ibérica”, apuntó la costarricense. La otra razón por la que hay que cambiar, es que ahora hay más mecanismos de integración en América Latina, como la Celac, la Unasur y la Alianza del Pacífico, por lo que “tenemos que buscar la complementariedad” con el esas organizaciones, añadió.
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