Las cadenas de comida rápida tienen una nueva resolución de año nuevo: eliminar la comida chatarra. En momentos que cada vez más compradores están descontentos con alimentos que consideran demasiado procesados, McDonald’s, Taco Bell y otras cadenas de comida rápida tratan de dejar atrás su reputación de servir alimentos llenos de sustancias químicas. Eso incluye repensar el uso de preservantes artificiales y otros ingredientes que los clientes consideran inaceptables. “La demanda de alimentos frescos va en aumento”, dijo Greg Creed, presidente ejecutivo de Yum Brands, propietaria de Taco Bell, KFC y Pizza Hut. Durante una presentación a los analistas e inversionistas el mes pasado, Creed dijo que la compañía necesita ser más transparente sobre los ingredientes y usar menos preservantes. Presentar la comida rápida bajo la nueva luz de “fresca” será complicado, en buena parte porque se la considera grasosa y de poca calidad. Otro problema es que términos como “fresca” y “saludable” tiene significados nebulosos, lo que dificulta a las empresas escoger un camino hacia la transformación.
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