Bolivia relanzó en 2014 al Grupo de Países en Vías de Desarrollo y China (G77+China) con una agenda vinculada a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) —que deberían ser cumplidos hasta este año— y proyectó otros retos encabezados por la eliminación de la pobreza hasta 2030. El 8 de enero de 2014, el mandatario Evo Morales asumió la presidencia pro témpore del G77+China y como primera tarea convocó a una cumbre que se realizó en Santa Cruz, entre el 14 y 15 de junio, y a la que asistieron 27 gobernantes y 129 representantes de los 133 estados que integran el grupo. Así inició una nueva era del G77+China que, al concluir la cumbre, aprobó la Declaración de Santa Cruz, que consta de 242 puntos en torno a diferentes temáticas en materia política, económica y social, aunque también hay asuntos puntuales como el acuerdo para investigar las propiedades de la coca. El documento se basa en diez pilares: Vivir bien, Madre Tierra, soberanía servicios básicos, sistema financiero, gran alianza, eliminar el hambre, soberanía de estados, democracia y la construcción de un nuevo mundo. Ahora la presidencia pro témpore pasa a Suráfrica.
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