Industria naval colombiana se prepara para el posconflicto

Embarcaciones de río diseñadas originalmente para el enfrentamiento armado podrían reorientarse como buques hospital, buques escuela y buques que lleven los servicios a comunidades marginadas del país

La exploración de hidrocarburos en costa afuera (off shore), la utilización comercial de los ríos y un eventual posconflicto son los nuevos retos de la industria naval colombiana, que ve en estos campos una oportunidad para exportar productos y servicios y de paso robustecer la economía nacional.

La labor está a cargo de la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial (Cotecmar), que pertenece al conglomerado empresarial del Ministerio de Defensa y anualmente exporta 20 millones de dólares.

Desde su creación, hace 15 años, esta empresa ha perfilado al país como un referente regional en la fabricación y diseño de embarcaciones fluviales, guardacostas, botes de trabajo y servicios de mantenimiento, modernización y reparación de buques.

Así lo explicó el presidente de Cotecmar, contraalmirante Jorge Carreño, quien indicó que el país cuenta con la tecnología y la formación para hacer frente a los nuevos retos.

“En solo 15 años hemos desarrollado productos únicos en el mundo… y continuamos en esa senda de innovación para entrar en (nuevos) mercados”, dijo en entrevista con Colombia.inn, agencia operada por Efe.

Y es que desde su creación la entidad ha construido 94 embarcaciones, entre ellas la flota submarina, de superficie, guardacostas y el componente fluvial de la Armada colombiana, así como botes civiles para uso comercial o pesquero.

Por ello el Gobierno, que ha identificado en la exploración costa afuera de hidrocarburos una nueva ola para la industria energética del país, cuyas exportaciones dependen en un 70% del sector minero-energético, ha puesto sus esperanzas en este campo.

“El país tiene que prepararse para esa posibilidad industrial”, aseveró Carreño, quien identificó una oportunidad de negocio en el desarrollo de plataformas, buques auxiliares, remolcadores y botes de pasajeros.

Ya se han fabricado remolcadores de alto borde con capacidad de empuje que operan en el Golfo de Morrosquillo (noroeste) y la patrullera CPV (Coastal Patrol Vessel), acotó.

Y ahora que el país se ilusiona con la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con la que el Gobierno negocia desde 2012 en Cuba, esta compañía ya piensa en un eventual posconflicto.

Por ello han desarrollado funcionalidades alternativas para sus embarcaciones más destacadas que en su momento fueron diseñadas y fabricadas pensando en combatir a grupos armados ilegales y al narcotráfico.

“Con la capacidad industrial que tenemos en el sector defensa estamos llamados a soportar un proceso de transición y futuro de las fuerzas militares”, aseguró el contraalmirante.

Afirmó que para ello han ideado proyectos de tecnología dual con el objetivo de que el Estado pueda atender desastres humanitarios y llegar a las comunidades más alejadas y menos favorecidas toda vez que la mitad del territorio colombiano solo tiene acceso por agua.

De hecho, hace un año Cotecmar entregó la primera embarcación humanitaria para este fin, el ARC Golfo de Tribugá, un buque que desde la perspectiva militar cumple tareas logísticas de desembarco anfibio y que ahora se utiliza para atender desastres, inundaciones y comunicar poblaciones.

Actualmente, precisó, opera en el océano Pacífico, donde Colombia tiene 1.300 kilómetros de costa, movilizando cargas y prestando servicios hospitalarios.

También está el buque patrullero fluvial LPR-40, del que cuatro unidades fueron vendidas a Brasil para custodiar el río Amazonas, que puede convertirse en lancha ambulancia.

Y adicionalmente le han planteado al Gobierno tres proyectos para facilitar el acompañamiento gubernamental a comunidades marginadas a partir de buques nodriza de río.

Dichas alternativas, que incluyen buques hospital, buques escuela y buques que lleven los servicios y la oferta básica de entidades estatales, se ejecutarían con el acompañamiento de los ministerios del sector y entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

Este tipo de embarcaciones permitirán “que los 15.000 kilómetros de ríos navegables se puedan explotar apropiadamente en proyectos comerciales, productivos, de paz, bienestar social y riqueza para los colombianos”, detalló.

Aunque Carreño resaltó que esta “es una gran oportunidad” para el país, afirmó que estas iniciativas se encuentran aún en planificación porque la industria naval requiere de inversiones en capital, ingeniería y transferencia de tecnología.

“Estamos presentando esta alternativa porque es una tecnología que ya tenemos en Colombia”, concluyó.

COLOMBIA.INN | @IQLatino