México es un gran productor mundial de aguacate. Al año produce 30.000 toneladas. Eso significa un buen ingreso, pero al mismo tiempo una montaña de desechos agroindustriales. Eso, hasta que el joven ingeniero Scott Mungía, se le ocurrió la idea de elaborar bioplásticos a partir de los residuos de la industria alimentaria, específicamente de la semilla de esta fruta tropical.
La empresa fundada por Mungía, Biofase, que opera desde México, ha sido valorada en su primer año de funcionamiento en un millón de dólares y ha recibido apoyo del estado de Michoacán para el impacto en la región, donde planea construir una planta para la fabricación de bioplásticos.
La solución ideada por este ingeniero químico ofrece un medio alternativo para reducir esta competencia con las fuentes de alimentos, reducir el impacto de la industria de los bioplásticos en los precios de las materias primas de alimentos y reducir los costos de producción mediante el uso de residuos industriales sin ningún valor de mercado.
Mungía ha presentado su tecnología en conferencias internacionales en EEUU, Asia y Europa; y ganó varios premios en el país y en el extranjero. Estos incluyen el Premio a la Innovación Tecnológica en el Cleantech Desafío México en 2013. Scott es también el socio fundador de la Comisión Nacional de bioplásticos en México.
La iniciativa sustentable Biofase fue reconocida por Banamex y GreenMomentum luego de usar material orgánico para la elaboración de bolsas.
GreenMomentum es una firma de inteligencia de mercado e innovación sistémica especializada en el sector de tecnología limpia en Latinoamérica. Fundada en 2008 en Silicon Valley, California, cuenta con oficinas y representación Estados Unidos y México.
Fuentes: MIT Tech Review y Forbes Mex | versión IQLatino
Imagen: MIT Tech Review