Un cálculo reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el aumento de los impuestos al tabaco, con el fin de duplicar su precio, generaría unos 100.000 millones de dólares al año en ingresos, además de los aproximadamente 300.000 millones de dólares que los gobiernos recaudan actualmente por ese concepto. El aumento de los impuestos al tabaco, y por tanto, de los precios del cigarrillo, reduce la cantidad consumida de las siguientes formas: algunos fumadores abandonan por completo el hábito; se disuade a algunas personas, en su mayoría adolescentes, de empezar a consumir y algunas siguen consumiendo tabaco, pero reducen el consumo diario. El consumo de tabaco es la causa número uno de muerte evitable en el mundo, y el factor de riesgo común a las cuatro principales enfermedades no transmisibles, que son el cáncer, la enfermedad cardiovascular y pulmonar, y la diabetes. El consumo de tabaco mató a 100 millones de personas en el siglo XX y, de mantenerse la tendencia, matará a 1.000 millones de personas en el siglo en curso.
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