Los niños sirios cuentan con un contrabandista de juguetes que llega desde Finlandia

Rami Adham creció en Helsinki, Finlandia, pero nació en Aleppo, Siria. Es padre de seis hijos. Desde que empezó la guerra en su país de origen no tardó mucho en decidirse a viajar para hacer voluntariado y llevar comidas y medicamentos.  No iba a llevar nada más hasta que su hija Yasmin, de tres años, le insistió en donar sus propios juguetes, con la petición de que, a su regreso, su padre le daría una nueva barbie. Entre los seis hermanos acumularon 36 barbies y 25 osos de peluche.

Es la historia que cuenta The Telegraph sobre cómo Rami Adham se convirtió en The Toy Smuggler (contrabandista de juguetes) de Siria, sobre todo de los campos de refugiados. Así que en los últimos cuatro años ha hecho 28 visitas a Syria (la última en agosto pasado), de acuerdo con la BBC, y ha entregado miles de muñecas, osos de peluches y marionetas, según The Telegraph.

“La primera vez, fuimos a un campo de refugiados cerca de la frontera. Habíamos llevado comida, pero cuando comenzamos a dar los juguetes, se creó un alboroto inmenso. Los niños venían de todos lados. Me di cuenta de que no estaban pensando en comida; solo querían un juguete”, dijo Adham al diario británico. Adham fundó y preside en Helsinki la Suomi Syria Yhteisö, una organización benéfica que actúa como puente entre Siria y Finlandia a través de la ayuda humanitaria, y que sigue enviando comida y medicinas.

Una pieza de NBC News indica que The Toy Smuggler “ha atravesado fronteras y caminado muchas millas con sacos en su espalda, a veces sorteando francotiradores y bombas”.

La BBC da más detalles: Rami Adham suele embutir “al menos” 100 barbies en su bolso de mano, y empaca al vacío cientos de juguetes blandos, que no se rompe. Vuela desde Finlandia a Turquía y llega a Syria con 70 kilos de juguetes encima, “a pie, a través de la frontera montañosa, para entrar a Siria, porque la frontera oficial está cerrada a la mayoría del tránsito. A veces le toma 16 horas, otras veces se las arregla para hacer una ruta más corta”.

Dice el artículo de la BBC que muchos de los niños que encuentra han quedado huérfanos por la guerra. “No hay escuelas, no tienen nada que hacer, están constantemente atrincherados entre dos pisos o bajo tierra”, les dijo Adham.

Tres millones de niños viven en los campos de refugiados en Siria, según The Telegraph: solo los afortunados van a las escuelas que pueden y otros trabajan para ayudar a sus familias.

La organización que preside Adham ya comenzó a construir su cuarta escuela en los campos de refugiados, según NBC, y apadrina 420 huérfanos en Siria.

NBC y la BBC coinciden en que una de las niñas que han recibido los juguetes se quedó grabada en la mente de Rami Adham. Tiene ahora seis años y tenía solo cuatro cuando vio a unos soldados irrumpir en su casa y torturar y matar a su padre y llevarse a su madre, de quien no han sabido nada más, según cuenta su abuelo a NBC. Se llama Miral Khalagi. Gritó tanto durante los eventos que perdió la voz. Según la BBC, Adham la ha visitado varias veces en el campo de refugiados de la ciudad de Idlib, y le ha entregado una barbie y un poni de peluche. NBC dice que Miral rara vez muestra alegría, pero cuando llega el contrabandista de juguetes le agradece así: “Su reacción es siempre la misma: una bella sonrisa”.

“Le das a un niño 10 dólares y no sabe realmente qué hacer con eso. Pero dale un balón o un peluche y sabrá miles de cosas que hacer con ellos. Esta es tu terapia mental […] Ellos no sienten que simplemente les estamos dando un juguete, sienten que los estamos apoyando”, selló The Toy Smuggler en su entrevista con NBC.

Imagen: Perfil de Facebook de Rami Adham