En plena resaca por los resultados del plebiscito en Colombia que favorecieron el No al acuerdo de armisticio con las Farc por un estrechísimo margen, comenzaron a aparecer las iniciativas, civiles y colectivas, que promueven el propósito final: la paz.
Las primeras ocurrieron el mismísimo 3 de octubre, horas después de las votaciones, del domingo previo. La Asamblea Ciudadana por la Paz, que terminó llamándose Paz a la Calle. Según el comunicado que publicaron en su página de Facebook, es “una iniciativa que surgió como un ejercicio espontáneo de diálogo, unión y participación (…) y se declaró por unanimidad como un movimiento de ciudadanos y ciudadanas sin ningún vínculo con partidos políticos. El objetivo de la Asamblea fue reflexionar sobre la coyuntura del país, luego de los resultados del Plebiscito, el pasado 2 de octubre, y dialogar a micrófono abierto sobre cómo podemos trabajar y movernos desde la ciudadanía para proponer acciones que fomenten la unidad, dejen a un lado la polarización y aporten en la construcción de una paz en la que quepamos todos y todas”.
En esos mismos instantes se gestó, promovido por grupos universitarios, vestidos de blanco y con velas, la que se llamó la Marcha de las Antorchas o la Marcha del Silencio, la primera de las manifestaciones por la paz que ocurrió el 5 de octubre, en simultáneo en 14 ciudades de Colombia, con el lema y la exigencia del #AcuerdoYa y que también se replicó en Nueva York, Buenos Aires, Londres. El 12 de octubre se sumaron 5 mil indígenas, además de víctimas de la guerra y estudiantes. La movilización se llamó la Marcha de las Flores, con unas 10 mil personas concentradas “Si no es ahora, ¿cuándo?”, “La paz es ahora”, “Acuerdos firmados, acuerdos respetados”, se escuchó en sus consignas.
Aníbal Rivera, un indígena que llegó desde el Cauca, dijo a la agencia EFE: “Es necesario el apoyo de todas las familias que han sido golpeadas, no importa que sean indígenas, campesinos, afros, todos necesitamos un país libre, tranquilo y que podamos compartir como amigos”.
El mismo día de la Marcha de las Antorchas, un grupo de unas cien personas decidió instalarse en la plaza de Bolívar de Bogotá en el Campamento por la Paz, al estilo de los acampados del 15 M y los otros momentos de Occupy, con el propósito de exigir “el mantenimiento del cese al fuego bilateral y definitivo que, por el momento, se mantiene hasta el 31 de octubre; el apoyo a las víctimas de más de medio siglo de conflicto armado; y #acuerdosya, es decir, que la nueva mesa de negociación con los promotores del no al proceso de paz con las FARC trabaje rápido”, detalla El País, que estuvo allí.
“Hagamos algo histórico! Esto es superior a cualquier cosa, nunca habíamos estado tan cerca! No nos vayamos de la plaza de Bolivar hasta que haya un acuerdo, ahora si definitivo, de paz!! Al principio seremos unos pocos locos, pero el país completo se unirá. Invitemos también a los que votaron por el NO, ellos también quieren ver el final de este conflicto! Que sea una presión a nuestros líderes. NO nos vamos hasta que se acuerde la paz!”, fue el anuncio que publicaron en Facebook cuando el movimiento se gestó. Diez días después, se sumaron al campamento unas 50 personas que llegaron a Bogotá desde el Norte de Santander, una de las zonas más afectadas por la violencia, informó Caracol.
Por otro lado, la plataforma EnModoP, un proyecto creado por Olga Lucía Lozano y Susana Wappenstein, para construir, sobre todo con audios, una narrativa de la cotidianidad de los colombianos, “con contenidos investigativos en torno a temas como la violencia, la desigualdad, las migraciones, los movimientos sociales y la justicia”, desarrollaron una aplicación para Android que ya contiene 200 testimonios y que permite a quien quiera sumarse responder a las preguntas ¿Qué impacto han tenido en su vida cotidiana la firma de los acuerdos de paz con las Farc y su fracaso en las urnas? ¿Qué siente ahora con respecto a ese acuerdo y el desenlace del proceso hasta hoy?, grabándola directamente en la plataforma. La versión para IOS estará disponible desde el 31 de octubre.
También hubo una acción simbólica en la plaza de Bolívar de Bogotá, una “acción de duelo” creada por la artista colombiana de proyección internacional Doris Salcedo y 100 voluntarios que construyeron la obra Sumando ausencias. Durante una semana escribieron con ceniza sobre telas blancas –“que no sé si son banderas o son mortajas, dijo Salcedo a BBC Mundo— los nombres de 1900 víctimas del conflicto armado de Colombia, el 8% de las tantas mil que han dejado los 52 años de guerra. “Este duelo, cuando nos mataron la paz, ha sido el más duro de todos”, afirmó la artista a BBC Mundo. Al final, unas 10 mil personas se reunieron en la plaza a coser los siete kilómetros de tela que terminaron alfombrado su superficie. Las carpas del Campamento por la Paz se movieron a las afueras del Palacio de Justicia, de acuerdo con el portal esferapública.
Por otro lado, un grupo de 380 empresarios e industriales firmaron una carta pública en la que exigen que se sostenga un acuerdo de paz, según el diario El Tiempo. “Hacemos un llamado a los representantes del Sí, a los representantes del No y a los representantes de las Farc para que impere la razón, el interés nacional, el trabajo responsable y comprometido, deponiendo intereses particulares, dedicando sus máximos esfuerzos a la búsqueda pronta y decidida de un acuerdo definitivo, incluyente y sostenible dentro del marco de un ‘Gran pacto nacional’ que conduzca a la unidad de la nación. (…) Ofrecemos nuestro concurso para facilitar, promover y concretar estos necesarios acuerdos, que hoy son un clamor nacional”.
En medio de esas movilizaciones e iniciativas colectivas que siguen su curso, y el impulso del Premio Nobel de la Paz al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuyo anuncio terminó esa primera y agitada semana post plebiscito, el gobierno anunció el inicio de las conversaciones con el otro grupo guerrillero, el ELN, el próximo 27 de octubre.
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