Kaktovik es una aldea de Alaska, en el Ártico, a la que llegan nuevos migrantes, cada vez más, los otoños: los osos polares que han visto derretirse el hielo en su hábitat natural, a causa del cambio climático y el calentamiento global –producto de la liberación indiscriminada de dióxido de carbono a la atmósfera–.
Erica Goode, en un extenso artículo de The New York Times, los llama “refugiados climáticos”, porque el hielo del mar, del que dependen para cazar focas –su alimento– está desapareciendo. Y dice que los científicos han llegado a contar 80 de ellos dentro de la aldea o cerca de ellas, “dormitando en la arena, peleando en bajíos, paseando por la playa con sus cachorros”. Moran en la costa en vez del hielo mar adentro, que ya no está.
“Incluso hace unas décadas, la mayoría de los osos polares del mar sureño de Beaufort se quedaron en el hielo todo el año o, si llegaban a la costa, solo se detenían brevemente. El hielo marino les dio acceso libre a las focas, la base de su dieta alta en grasas.
Sin embargo, conforme las temperaturas han aumentado, el deshielo primaveral ha llegado antes y el congelamiento otoñal más tarde. El hielo compacto que alguna vez fue visible desde Kaktovik incluso durante el verano se ha derretido a cientos de kilómetros desde la costa, mucho más allá de la estrecha plataforma continental sur de Beaufort. El borde del hielo compacto ahora está por encima de las aguas profundas, donde las focas son pocas, y para llegar a tierra se requiere nadar una larga distancia, incluso para los osos polares.
Como resultado, según los hallazgos de los investigadores, una porción más grande de osos en la región sur de Beaufort están prefiriendo pasar tiempo en la costa, un promedio del 20 por ciento en vez del seis por ciento dos décadas antes, de acuerdo con un estudio publicado hace poco por Atwood, del Geological Survey”, escribe la periodista.
Y así se convierten en una atracción turística. Unas 1.200 personas fueron a ese lugar a ver a los osos en 2015.
La web Global Animal recuerda que el Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta, y hace seis años ya lo advertían con una nota de Defenders of the Wildlife. “En ningún otro lado el calentamiento de nuestro planeta es más claro que en el Ártico, donde los osos polares del hielo marino están afectados por su derretimiento. Esta pérdida de hielo marino plurianual está transformando la región y afectando cada faceta de la vida del oso marino, desde la caza de las focas hasta la cría de los cachorros”.
Un estudio, cita Goode en The New York Times, predice una disminución de 30% de la población de osos polares para el año 2050. “Diecinueve grupos de osos polares habitan en cinco países alrededor del Círculo Ártico: Canadá, Estados Unidos, Noruega, Groenlandia y Rusia. De esas, tres subpoblaciones están disminuyendo, incluyendo a los osos polares del mar sureño de Beaufort”.
En noviembre, recuerda la periodista, registró el nivel de hielo más bajo de lo que corresponde a ese mes: “a lo largo de cinco días a mediados de noviembre la cubierta de hielo perdió más de 49.209 kilómetros cuadrados, un declive que el National Snow and Ice Data Center en Colorado llamó “casi sin precedentes” para esa época del año”.
“Los derrames de petróleo, la contaminación y la caza excesiva aún representan algo de riesgo. Pero esos peligros no son nada comparados con la pérdida de hielo marino”, escribe.
En un giro de último minuto, el 20 de diciembre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en conjunto con su homólogo de Canadá, Justin Trudeau, anunció la prohibición permanente de perforaciones petroleras y de gas mar adentro en el Ártico, y también en el Atlántico, ante la amenaza del presidente electo, Donald Trump, quien tomará posesión de su cargo el 20 de enero, de levantar muchas de las medidas ambientales de su predecesor y de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, explica un artículo de The Independent. Obama echó mano de una ley de 1953, la Outer Continental Shelf Lands Act, hecha para proteger los arrecifes de coral y la vida marina.
“Obama, en concierto con la propia prohibición radical del gobierno de Canadá, podría quizás frenar la promesa de Trump de desmantelar el trabajo ambiental de esta administración”, analiza la nota de Feliks Garcia en este periódico, que cita el anuncio oficial de la Casa Blanca: “El presidente Obama y el Primer Ministro Trudeau están orgullosos de lanzar acciones que aseguren una economía y un ecosistema fuertes, sostenibles y viables para el Ártico, con navegación de bajo impacto, manejo de los recursos marinos con un basamento científico y libre de futuros riesgos de actividades petroleras y gasíferas mar adentro”.
Imagen: Travels with Angel