En vez de los tradicionales empastes, un grupo de odontólogos del Kings College de Londres apuesta por la capacidad natural de los dientes de regenerarse y, por tanto, de repararse a sí mismos.
Vitor C. M. Neves, Rebecca Babb, Dhivya Chandrasekaran & Paul T. Sharpe lo demuestran en un estudio, publicado en Nature: a través de la movilización de las células madres de la pulpa del diente –el tejido conectivo en el corazón del diente– se estimula la formación natural de dentina reparativa.
Así lo explican en el resumen de la investigación: usan esponjas de colágeno “biodegradables y aprobadas clínicamente”, para transportar pequeñas dosis de antagonistas de las molécula (GSK-3) “que promueven el proceso natural de la formación de la dentina reparativa. Como la esponja se degrada con el tiempo, la dentina la reemplaza para conducir así a una reparación completa, natural y efectiva”.
Xataca.com destaca que los especialistas ya conocen este mecanismo restaurador desde hace tiempo y que la técnica ya se usa para arreglar pequeños desperfectos de la dentina. Pero, agrega, este equipo de odontólogos descrubireron que si usaban el medicamento tideglusib, utilizado para el tratamiento del Alzheimer, esa reparación se potencia hasta alcanzar el diente completo.
El argumento de estos investigadores es que el tratamiento común para la reparación dental usa cemento inorgánico basado en agregados de calcio o silicona. “Esos cementos se quedan en los dientes, no se degradan y, así, el volumen mineral normal nunca llega a restaurarse (…)”, por su naturaleza no biodegradable. “Si un simple método puede desarrollarse para mejorar el proceso natural de la restauración de la dentina, a través de la estimulación de la formación de la dentina terciaria, entonces las grandes lesiones que incluso podrían llevar a la pulpa dental a una necrosis podrían repararse al habilitar la formación de dentina reparadora en el lugar del daño [en el diente]”.
Según Xataca.com, los investigadores sólo han probado este método con ratones: “Los investigadores rellenaron los dientes de los roedores con una esponja biodegradable empapada de tideglusib y los sellaron con un adhesivo dental. Según los primeros datos, funciona: tras un par de semanas, los dientes ya presentaban mejores resultados que los de los cementos tradicionales y la dentina se había regenerado hasta rellenar todo el hueco”.
Harán el experimento en bocas humanas antes de que termine 2017. “Los buenos resultados en animales y el hecho de que la seguridad del tideglusib ya haya sido demostrada (en los estudios sobre Alzheimer), hacen que las primeras pruebas en humanos se hayan programado muy pronto”.