Bogotá, Ciudad de México, Buenos Aires y Lima están entre las ciudades más peligrosas del mundo para las mujeres que usan transporte público. Las primeras tres y Quito se juntaron recientemente en una iniciativa para combatir del problema, la Transport Gender Lab.
La iniciativa tiene el patrocinio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La nota de prensa del BID aporta algunas cifras: “un 67% de mujeres ha sido víctimas de este tipo de acoso en Quito, frente a un 60% en Lima y un 64% en Bogotá”.
“Es un compromiso para intercambiar experiencias, sistematizar sobre todo información y experiencias relacionadas con el transporte y el uso que le dan las mujeres”, agrega la secretaria de la Mujer de Bogotá, Cristina Vélez, en una entrevista con la agencia EFE.
Según el BID, los datos de movilidad de estos países no están desagregados por género, lo cual “impide entender mejor las diferentes necesidades de movilidad de hombres y mujeres”, y los sectores de insfrestructura y transporte tienen una muy baja representación femenina, “menos del 15% del total de la fuerza laboral, lo que dificulta la inclusión de las necesidades y perspectivas de las mujeres en las fases de diseño, construcción y operación de los sistemas de transporte”.
Por ello, de acuerdo con una nota de El País firmada por Pablo Linde, los cuatro países buscan soluciones conjuntas, después de estudiarlo durante dos días en un seminario en Bogotá.
Como, por ejemplo, un sistema que ya existe en Quito y que permite a la mujer enviar un SMS que reporte el acoso, lo cual enciende de inmediato una alarma en la unidad de transporte en la que está: “Se acaba de generar un caso de acoso, deben estar atentos y respetar a quien está a su lado. Esto es un espacio seguro para mujeres y niñas”; un operador la atiende después. También existen aplicaciones móviles en México DF y Bogotá que ayudan a reportar puntos inseguros o zonas donde ya habido acoso, lo cual permite elaborar mapas de la ciudad que señalen las zonas de riego. Además, una mejora de la señalización en las paradas para evitar que las mujeres se distraigan tratando de interpretar señales confusas y en ese tiempo sean así blanco de los abusos y más iluminación en la infraestructura; en Quito cambiaron todas las paredes de las paradas a transparentes. También está planteado que al lado o dentro de las estaciones de metro haya guarderías o centros para ancianos, que suelen estar a cargo de las mujeres. Y hasta se proponen vagones del metro exclusivo para mujeres, algo que ya existe en México, además de Brasil, Japón, Egipto, Malasia, Tailandia, India, Israel y los Emiratos Árabes Unidos, recuerda la nota de El País.
En Transport Gender Lab participan el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (México), la Unidad Patronato Municipal San José de Quito, la Secretaría Distrital de Movilidad de Bogotá, la Empresa de Transporte del Tercer Milenio – Transmilenio de Bogotá, el Ministerio de Transporte de Argentina, la Secretaría de Transporte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Subterráneos de Buenos Aires. El programa “está abierto a otras ciudades”, según el BID.