Esther J. Cepeda, columnista y periodista, revisó varias encuestas e investigaciones sobre los latinos en Estados Unidos y llegó a la siguiente conclusión en el Albuquerque Journal: “Tienen una visión positiva de sus vidas y su futuro, por encima de los blancos y los afroamericanos, en su creencia de que los mejores tiempos están por venir”.
La escritora, experta en el mundo de los hispanos en ese país, recorre investigaciones sobre varios aspectos de la vida de los latinos.
Encontró, por ejemplo, que un investigador de la Universidad de Illinois (Chicago) determinó que esta perspectiva positiva tiene una incidencia en una mejor salud cardiovascular de los hispanos.
Sobre su relación con el dinero, apela a un estudio del Pew Research Center’s Hispanic Trends de 2016, que encontró que los hispanos tienen más que la generalidad a ser optimistas sobre su situación financiera del año siguiente y sobre las finanzas de sus hijos cuando sean adultos.
En el tema de la educación abunda la autora. A pesar de las crecientes preocupaciones sobre las políticas antiinmigrantes de Donald Trump y su efecto en el acceso a las escuelas públicas, menos latinos mostraron preocupación sobre el acceso a los recursos del aprendizaje o a una menor calidad de la enseñanza. De hecho, cita Cepeda un estudio del Leadership Conference Education Fund de marzo pasado, tres cuartos de los hispanos consultados, 10 puntos más que el año pasado, “creen que las escuelas públicas de Estados Unidos están haciendo un buen trabajo en prepapar a los estudiantes latinos para el futuro”.
“Considerando el número de reportes sobre el acoso y hostigamiento a estudiantes inmigrantes y de las minorías después de la elección del presidente Trump, estas encuestas […] no son más que un testamento de la resiliencia y el sentido de esperanza de las familias latinas sobre el bienestar de sus hijos en la escuela”, escribe Cepeda, que también ha sido columnista de The Washington Post.
Además, continúa, los padres latinos exigen más estándares altos de calidad de la enseñanza, de los programas y los maestros, “lo mismo que las otras familias para sus hijos”.
“Las familias hispanas están informadas sobre lo que ocurre en las escuelas de sus hijos, tienen una opinión bien formada sobre el nivel de rigor y disciplina que va a ayudar a sus hijos a ser exitosos en el mundo y son generalmente positivos sobre su potencial en el sistema”.
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