El 29 de Noviembre de 1781 nació en Caracas uno de los gigantes de la intelectualidad iberoamericana: Don Andrés Bello.
Dice el refrán que nadie es profeta en su tierra. Y ese es el caso de Andrés Bello con relación a su natal Venezuela. Fue uno de los dos maestros de Simón Bolívar y por supuesto su visión democrática y transformadora como jurista, educador e intelectual humanista estuvieron a la orden de la causa independentista. Además de su fascinante condición de intelectual y humanista Don Andrés Bello fue uno de los compañeros del explorador alemán Alexander Von Humboldt en su expedición por las regiones del entonces llamado “nuevo continente”.
En la etapa muy preliminar de la independencia venezolana, a raíz del 19 de Abril de 1810 es designado para encabezar junto a Simón Bolívar y Luis López Méndez la primera misión diplomática de Venezuela a Londres. Es ese rol continúa durante los primeros pasos de la primera república (hasta 1813) y sus intentos por regresar al país se ven impedidos económicamente por las pérdidas sufridas por su familia durante el terremoto de Caracas en 1812, por tanto termina estableciendo residencia en Londres y se casa con la inglesa Mary Ann Boyland con quien tuvo 12 hijos.
En Londres reside hasta 1829. Y los líderes del proceso de independencia en Venezuela básicamente lo olvidaron y dejaron de escuchar sus fenomenales ideas y aportes. Incluso, El Libertador Simón Bolívar -su pupilo y entrañable amigo- ya de regreso a Venezuela asume el liderazgo de la causa de la independencia tras la caída de la Primera República y el encarcelamiento de Francisco de Miranda, y relevó a Bello en 1813 de sus funciones diplomáticas en Londres, donde por supuesto fungía como operador financiero y político de la causa de la independencia. Sin empleo ni apoyo de los lideres de su natal Venezuela, Andrés Bello pasa muchas dificultades, publica obras de impacto en el tiempo como “Biblioteca América” y sus poemas, entre los cuales destaca la “Silva a la agricultura de la zona tórrida”, y realiza trabajos puntuales para los gobiernos de Cundinamarca, las Provincias Unidas del Río de la Plata y la legación diplomática de Chile. En 1821 enviuda al fallecer su esposa de tuberculosis. Tanto en 1826 y 1827 escribe sendas cartas a Bolívar ofreciendo sus servicios e ideas a la naciente Gran Colombia y no encuentra respuesta. Allí entra de nuevo en contacto con sus relacionados en Chile, hacia donde emigra en 1829.
En Chile Andrés Bello desarrolla una carrera de servicio público estelar. Sus ideas y aportes cristalizan haciéndolo un referente universal. Recibe la ciudadanía chilena y fue destacado Funcionario Público, electo dos veces Senador, desde donde llevó a cabo la redacción del Código Civil Chileno, la legislación más avanzada, progresista e innovadora de todos los países con tradición jurídica de raíz romano-europea, y se desempeña como Rector Fundador de la Universidad de Chile.
El historiador Chileno Alamiro de Ávila da cuenta de la influencia y alcance del trabajo de Bello en Chile cuando escribe: “Hacia 1850, a los 70 años de edad, Bello desempeñaba al mismo tiempo las funciones de rector, subsecretario de relaciones exteriores y de consultor de gobierno, de senador, de redactor de “El Araucano” y, además, trabajaba intensamente en la elaboración del Código Civil y en sus obras de derecho, de filología y sus producciones literarias”.
Andrés Bello es además uno de los mayores referentes de la lengua española. Sus estudios sobre el castellano y la literatura concluyen en la Gramática de Bello, una espectacular contribución a la construcción de los nuevos usos y desarrollos de la lengua española en América, respetando los principios rectores de la Real Academia, pero incorporando los modos y adaptaciones que el castellano tenía en América.
Andrés Bello muere el 15 de octubre de 1865. Su fallecimiento fue motivo de duelo nacional en Chile, país que lo considera uno de sus ciudadanos más ilustres.
En Venezuela el nombre e imagen de Bello es reivindicado muchos años después de su muerte, tras aquel distanciamiento con su discípulo Simón Bolívar, que sigue siendo para todos los estudiosos de la historia una incógnita solo explicable a través de una ruptura afectiva o de carácter personal, no le quedó a Bello otro camino que construir patria en Chile.