Joseph Tranquillo es ingeniero biomecánico y profesor en la Universidad de Bucknell, en Pennsylvania . Comparte su tiempo entre la neurociencia, la danza y la innovación. De paso por Santiago de Chile para dictar unas clases magistrales, el académico expuso cómo la danza le ha servido para trabajar en entornos más rígidos como lo es la ingeniería, y cómo ha cambiado su perspectiva sobre la innovación y el emprendimiento.
— ¿Cómo concibe la innovación?
— Veo la Innovación como algo que puede ser utilizado en cualquier disciplina. No importa dónde estés, la innovación lo que hace es lo que llamo encontrar agujeros, lugares donde nadie ha ido y explorarlos. La innovación es como explorar, sólo que en vez de indagar en lugares, exploras ideas, productos o cómo interactúan las personas. Desde mi punto de vista, el ser innovador es una habilidad que te convierte en un mejor explorador que puede redundar en ser un mejor profesional o emprendedor.
— Gran parte de su trabajo lo ha desarrollado en experiencias interdisciplinarias, ¿cómo puede beneficiar esto a la innovación?
— Si tú exploras un área y otra persona explora otra, cuando trabajas de forma interdisciplinaria estás en la mitad. Puedes entrar en mundos que no has visto en tu área, pero que han sido explorados, te da una visión mucho más amplia, esa es la razón para trabajar de esta manera.
— ¿Cuál es el trabajo que realizan en Bucknell sobre ello?
— Ahí existe un Centro de Innovación donde hay distintos programas y varios de ellos dedicados al trabajo interdisciplinario. Por ejemplo, está el de invierno donde se reúnen a ingenieros con gente de diferentes industrias y tienen diez días para generar una idea completa sobre un producto que puede ser puesto en el mercado. Ahí hemos visto cómo un grupo de estudiantes de primer año de ingeniería, enfrenta problemas de infraestructura urbana. Ahí, ellos recorrían la ciudad con una cámara y sacaban fotos de los problemas que encontraban. Ellos se reunían y trataban de resolverlos a través de soluciones que generarán un impacto social y fueran rentables. Llegaban a concretar ideas en una solución tangible, alejándose del papel. Generalmente, al principio les quedaba mal, pero eran ideas que prometían y seguían explorando para mejorarla. Entre ellas, hubo un desarrollo que convertía a los juegos de niños en generadores de energía que a la vez alimentaban la red inalámbrica y la hacían funcionar. Tenía muchísimo potencial. Lo cierto es que al trabajar de esa manera aparecían ideas mejores, pues te da otra perspectiva, una mucho más completa.
— ¿Qué caracteriza a un buen emprendedor?
—Pienso que para ser un buen emprendedor hay que reunir varias cualidades. Creo que es tener la habilidad de ver que algo funciona mal, incluso cuando el propio usuario no lo ha notado. Por ejemplo si tienes una silla y es muy cómoda, un emprendedor diría esto es una silla muy confortable, pero cómo puedo hacerla aún más cómoda. Cómo puedo hacerla mejor, tal vez no es haciéndola más cómoda, sino sumándole otros elementos. Emprender es un estado de constante cuestionamiento.
— Para el docente Steve Jobs es un claro ejemplo de lo que implica ser emprendedor.
— Jobs necesitaba una manera de apuntar y cuando llegó a Xerox fue capaz de desarrollar una herramienta que se lo permitía. Pero él siempre se quedó con la idea de que podía ser mejor, pues el mouse no tiene un uso muy natural. Él fue capaz de darse cuenta que la mejor forma de apuntar era el dedo y que el mouse no era el producto final, sino que era parte del camino que debía desarrollar para llegar a lo que él quería. Y ahora tenemos tabletas y celulares que tienen un modo muy natural de manejar con el tacto. Probablemente cuando partió fue una idea loca y mucho tuvo que ver con el proceso de improvisación que él tuvo.
— ¿Cuál es el rol de la improvisación en la innovación?
—Es una manera maravillosa para crear prototipos. Improvisar es explorar. Es una manera de ver el mundo y decir “Yo puedo hacer esto de todas maneras”. Con la improvisación puedes ver algo y decir esto es cómodo, tal vez muy eficiente, pero no me brinda nada nuevo. Y pienso que la improvisación en áreas como música y teatro están entre las más altas habilidades y es porque te permite tomar riesgos. Y eso es algo que se debería aprender en otras disciplinas que han sido muy rígidas o estructuradas como en los negocios.
Fuente: Endeavor – Diario Pulso