El rápido cambio climático que se produjo durante la Edad de Piedra Media, hace entre 80.000 y 40.000 años, desató la innovación cultural en las primeras poblaciones humanas modernas, según una nueva investigación.
El estudio, publicado en Nature Communications, ha sido realizado por un equipo de científicos de la School of Earth and Ocean Science de la Universidad de Cardiff (Gales), el Museo de Historia Natural de Londres y la Universidad de Barcelona.
En él, los científicos analizaron un núcleo de sedimento marino de la costa del sur de África y, a partir de él, reconstruyeron la variabilidad del clima terrestre en los últimos 100.000 años. Martin Ziegler, de la School of Earth and Ocean Science, explica al respecto en un comunicado de la Universidad de Cardiff que: “Hemos descubierto que Sudáfrica experimentó transiciones climáticas rápidas hacia condiciones más húmedas en momentos en que el hemisferio norte padecía condiciones de frío extremo”.
Estos grandes eventos de enfriamiento del hemisferio norte habían sido anteriormente vinculados a un cambio en la circulación del Océano Atlántico, que supuso una reducción del transporte de agua tibia hacia las altas latitudes del norte. Se creía que, como consecuencia del enfriamiento que sufrió entonces el hemisferio norte, una gran parte del África subsahariana había experimentado condiciones muy secas.
Sin embargo, “los nuevos datos señalan que el clima de Sudáfrica respondió en sentido contrario a lo que se pensaba, con un aumento de las precipitaciones que podría haber estado asociado con un desplazamiento global del cinturón del monzón tropical hacia el sur”, añade Ziegler.
Ian Hall, también investigador de la School of Earth and Ocean Science, señala que: “Cuando se comparó el momento de estos intervalos húmedos que ocurrieron rápidamente con grupos de datos arqueológicos, encontramos notables coincidencias”.
En concreto: “La aparición de varias industrias importantes de la Edad de Piedra Media decreció en estrecha conjunción con el surgimiento de períodos de aumento de las lluvias. Del mismo modo, el desvanecimiento de las industrias parece coincidir con la transición a condiciones climáticas más secas”.
Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, explica que este hecho respalda la idea de que existe una correspondencia entre las mejoras climáticas y las innovaciones culturales: un mejor clima habría propiciado el crecimiento demográfico; con este, habrían aumentado las interacciones humanas y, con dichas interacciones, se habría potenciado la innovación cultural.
El registro arqueológico de Sudáfrica es muy importante, ya que constituye la evidencia más antigua sobre la conducta de los primeros humanos modernos. Dicha evidencia incluye el uso de símbolos, que se ha relacionado con el desarrollo del lenguaje complejo; así como la aparición de adornos personales en forma de conchas de moluscos.
“La calidad de los datos de África del Sur nos ha permitido relacionar el clima y la transformación de los comportamientos humanos, pero aún serán necesarios más datos comparables procedentes de otras áreas, antes de que podamos afirmar que esta región fue la única importante en el desarrollo de la cultura humana moderna”, agrega Stringer .
De cualquier forma, el nuevo estudio presenta la prueba más convincente hasta la fecha de que el cambio climático abrupto resultó clave en el desarrollo de nuestra especie. La investigación fue financiada por el Natural Environment Research Council del Reino Unido y por el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea.
Fuente: Tendencias 21