De forma expedita, el Senado de Estados Unidos liberó un fondo de emergencia de 8 mil 300 millones de dólares para atender la situación del coronavirus en el país, donde el Covid-19 ya llegó a 19 estados, con 233 casos confirmados y 12 personas fallecidas.
La medida es el resultado de un acuerdo bipartidista y bicameral entre demócratas y republicanos, tras la “respuesta extremadamente lenta e inadecuada” del gobierno de Donald Trump al coronavirus, dice una nota de prensa oficial
El vicepresidente del Comité de Consignationes del Senado, el demócrata Patrick Leahy (VINCULAR) estuvo a cargo de liberar los fondos, a través de la “Ley 1 H.R. 6074 de preparación y respuesta de consignaciones suplmentarias para el coronavirus”.
Según una nota de prensa de la oficina de Leahy, fue él el negociador principal en la aprobación de la ley y los fondos. El senador dijo que el resultado del acuerdo bicameral y bipartidista “es ampliamente diferente de los 1 mil 250 millones de dólares concebidos pobremente por el gobierno de Trump. Mientras la propuesta del presidente Trump consistía en quitar a unos para pagar a otros, robando cientos de millones de dólares de fondos destinados a contener un brote de Ebola y otros programas de los que dependen los estadounidenses (…), nuestro acuerdo provee 7 mil 800 millones de dólares en fondos de emergencias nuevos para abordar esta amenaza de salud pública sin saquear estos importantes programas”.
El documento sobre la ley hecho público por esta oficina dice que los fondos consisten en 7 mil 800 millones de dólares más una autorización de 500 millones de dólares para mejorar y aumentar los servicios de telesalud de los proveedores de Medicare. Eso suma los 8 mil 300 millones de dólares.
Un reporte de Rebecca Shabad para NBC News informa que el Senado aprobó esta ley con 96 votos a favor y uno en contra, apenas un día después de que el Congreso la aprobara “rápidamente y con una aplastante mayoría” de 415 votos a favor y dos en contra. A continuación, Donald Trump tendrá que refrendarla.
Del total de dinero liberado con este acuerdo bicameral y bipartidista y la aprobación de esta ley, cerca de 2 mil millones de dólares se destinarán a apoyar a los gobiernos federal, estatales, locales y tribales en “la crisis de salud pública del coronavirus”. Mil millones de ellos se usarán para la prevención, preparación y respuesta al virus: en vigilancia y monitoreo; pruebas de laboratorio para la detección de nuevos casos y rastreo para identificar casos adicionales; control de infecciones a nivel local; actividades de mitigación. 300 millones de dólares alimentarán el Fondo de Reserva de Respuesta Rápida para Enfermedades Infecciosas (Infectious Disease Rapid Response Reserve Fund), y una cantidad igual irá a la detección global de la enfermedad y su respuesta de emergencia. Con otra parte de estos fondos se devolverá el dinero que los gobiernos de todos los niveles destinaron a combatir el virus antes de la aprobación de la ley y otra se destinará a apoyar a los Centros de Prevención y Control de Enfermedades en sus tareas de repatriación de enfermos y pacientes en cuarentena, la compra y la distribución de kits de la prueba del virus, además de pruebas de laboratorios y la comunicación e información al público y a las instituciones sanitarias.
Por otro lado, 3 mil millones de dólares aproximadamente se usarán para la investigación y desarrollo de vacunas, terapéutica y diagnóstico. Para que estos tres sean accesibles para el público, la ley prevé que se desarrollen con fondos provenientes de los impuestos y que el secretario del Departamento del Servicio de Salud y Servicios Humanos (Health and Human Services ) lo haga posible, de forma que el gobierno federal pueda adquirirlos a un “precio justo y razonable” y que el público pueda pagarlos. Más de 2 mil millones de esos más 3 mil millones de dólares irán a la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA por sus siglas en inglés), para priorizar las “tecnologías y la manufactura en Estados Unidos de vacunas y terapéutica”. Otros 836 millones de dólares se otorgarán a los Institutos Nacionales de Salud para apoyar esta investigación, y esto incluye 10 millones de dólares para entrenar a empleados los hospitales, técnicos de emergencia y otros trabajadores de la salud, para que reduzcan su exposición al virus. 300 millones de dólares irán a un fondo de contigencia para vacunas, terapéutica y diagnósticos; y 61 millones de dólares a la Oficina de Alimentos y Fármacos (FDA en inglés) para que revise y apruebe las vacunas y amplíe las autorizaciones de usos de emergencia.
Otros cerca de mil millones de dólares del total contemplado en el en la ley se usarán en la preparación de centros de atención y provisión de productos farmacéuticos y suministros médicos. De ellos, 500 millones deberán usarse para productos farmacéuticos, máscaras, equipos de protección, y otros, a distribuirse en agencias estatales y locales donde haya escasez de estos materiales. Otros 100 millones de dólares se destinarán a los centros comunitarios de salud para apoyar a ambulatorios más pequeños de zonas urbanas y rurales desatendidas. El resto del dinero irá para la financiación para la preparación de hospitales, centros de tratamiento de patógenos estatales y locales, y aumento de la capacidad de los centros de salud en todo el país.
Además, 1 mil 250 millones de dólares irán afuera de Estados Unidos para “prevenir y responder a una expansión mayor del virus”. Esto incluye 264 millones para operaciones consulares de emergencia en otros países, preparación para las embajadas y evacuación de ciudadanos estadounidenses si se requieren; 435 millones para activar sistemas de salud en el extranjero de prevención, preparación y respuesta; 300 millones para asistencia humanitaria a países que hacen frente al virus; y otros 250 millones para el Fondo de Apoyo Económico (Economic Support Fund).
El resto de los fondos totales aprobados con esta ley bipartidista y bicameral se dividen así: 500 millones de dólares para liberar ciertas restricciones a los servicios de telesalud de Medicare, de forma que los proveedores suscritos a este programa atiendan a sus beneficiarios independientemente de que se encuentren en una comunidad rural, y con asistencia médica en sus casas; 1 mil millones de dólares en subsidios para préstamos a bajo interés para los pequeños negocios afectados por el brote del coronavirus; 136 millones de dólares para el reembolso a programas de salud: el documento recuerda que, como respuesta a la crisis del coronavirus, el gobierno de Trump “desvió dinero de programas de salud fundamentales”, incluidos esos para el tratamiento y la prevención de salud mental, los del abuso de sustancias y los programas de asistencia de calefacción y refrigeración para familias de bajos ingresos (LIHEAP).
“Mientras confrontamos la crisis—dijo el senador Patrick Leahy–, es importante recordar que en esta material no somos republicanos o demócratas; somos estadounidenses. He estado aquí lo suficiente para ver que cuando nos unimos, el Senado puede ser la conciencia de la nación. Ahora es uno de esos momentos”.