Aparte del lavado con agua y jabón, el gel desinfectante para las manos se ha vuelto un producto socorrido (para quienes pueden tener acceso a él) en el mundo. desde el brote de la pandemia del Covid-19. Gel hidroalcohólico: “higiene de manos sin agua”.
La diseminación del virus H1N1 de la influenza en Estados Unidos en 2009 ya había popularizado el uso del gel antibacterial. Estaba en todos lados, en los bolsos, los bolsillos, las oficinas públicas de ese país. Entonces no se discutió el origen de su invención.
Ahora cuando el impacto del Covid-19 es mucho mayor en ese país y es global, un nombre se hizo hashtag y tendencia: Lupe Hernández: #LupeHernandez.
Un artículo del periódico británico The Guardian salió de los archivos para recordar ese nombre. Lo escribió Laura Barton el 13 de mayo de 2012. Lupe Hernández inventó el gel desinfectante para las manos en 1966. Era una estudiante de enfermería en Bakersfield, California, a unos 180 kilómetros al norte de Los Angeles.
Según la pieza periodística de Barton, a Hernández se le ocurrió que el alcohol convertido en gel podía servir para limpiar las manos cuando el personal sanitario no tuviera acceso al agua y al jabón para lavarlas. Dice la historia entonces que, tras su ocurrencia, Hernández llamó a una línea telefónica para inventos que había visto en televisión y registró la patente.
Como escribe Marcos Hassan en Remezcla, no hay mucho más publicado sobre Hernández. Hasta ahora no se conocen más datos sobre ella, su origen, el proceso de su invento, si sigue viva. “Sin que sea una sorpresa –comenta Hassan–, este es otro caso de un(a) latinx excluido(a) de la Historia, y es reconfortante ver que está obteniendo un poco de reconocimiento, aunque tarde”.
Tal reconocimiento ha aparecido en las redes sociales en los últimos días cuando la pandemia del nuevo coronavirus se ha expandido con rapidez. Sobre todo en Estados Unidos, donde no solo se acelera el crecimiento de los casos diagnosticados (a la fecha es el tercer país del mundo con más contagios registrados), sino donde también ha aumentado la reivindicación de la hispanidad/latinidad como respuesta al gobierno de Donald Trump.
Did you know hand sanitizer was invited by a Latina?! #LupeHernandez https://t.co/kDxX4BsSJD
— J. Carlos Rico (@JCarlos_Rico) March 20, 2020
Our health is now incredibly dependent on a sanitation product created by an amazing nurse. This is still Women's History Month and we owe immense gratitude to Lupe Hernandez. #WHM2020 https://t.co/i1hJ5jcEPT
— Women's March (@womensmarch) March 18, 2020
Cuando Laura Darton escribió el artículo para The Guardian, el mercado del gel antibacterial para las manos ya valía millones de dólares y su valor aumentaba. Las ventas subían.
La periodista citó un reporte de la empresa de investigación de mercado Nielsen que decía que a octubre de 2009, el año del brote de la influenza por el H1N1, las ventas del producto que inventó Lupe Hernández habían ascendido un 70,5% en comparación con el año anterior: 118 millones de dólares. El pico de ventas fue en mayo de ese año (63,1%), “cuando las noticias sobre el H1N1 estaban por todos lados”.
La actualidad, con el Covid-19, ha hecho que la empresa de investigación industrial Ibis World haga un registro, a marzo de 2020: el crecimiento de la fabricación del gel desinfectante de manos en Estados Unidos pasó de 1,9% a 16,6% en lo que va de 2020, debido al incremento veloz de la demanda. Entre 2015 y ahora, el crecimiento promedio de la industria del gel desinfectante para manos había sido de 3,9%.
En lo sucesivo seguirá creciendo.
“Grandes fabricantes en esta industria, como Gojo, han anunciado planes para aumentar la producción en respuesta a la demanda que crece rápidamente. Es probable que los fabricantes prioricen el abastecimiento para clientes institucionales, en particular en el sector de la atención sanitaria, por encima de los minoristas”, dice el reporte de Ibis World.