Chile también estimula la innovación en alimentación

El desarrollo de productos más saludables, tecnologías para que los alimentos se conserven mejor y modelos de negocios en beneficio de la salud y bienestar, son algunas de las áreas para innovar en la nación austral

El Estudio Chile Saludable es el resultado de un trabajo conjunto entre Fundación Chile, Elige Vivir Sano, CollectGfK y Fundación de la Familia, que estableció una alianza estratégica para desarrollar nuevos contenidos e identificar oportunidades de innovación en torno a los hábitos, estilos de vida y alimentación de la población, tendientes a responder al desafío de combatir la obesidad en el país.

En el primer volumen de esta serie, publicado el 2012 se identificaron cinco perfiles psicográficos de chilenos -Indecisos, Resignados, Esforzados, Culposos y Motivados- según sus hábitos de vida saludable y el nivel de limitaciones que se enfrentan, analizando también sus preferencias y motivaciones. Esta segmentación psicográfica permitió abandonar la clásica segmentación socioeconómica que hoy pierde relevancia ante este problema global.

Desarrollo de productos más saludables, tecnologías para que los alimentos se conserven mejor y modelos de negocios en beneficio de la salud y bienestar, son algunas de las oportunidades para innovar que detectó el segundo volumen del Estudio Chile Saludable.

Este volumen se centró en el rol de la industria para promover una mejor alimentación y la construcción de una sociedad encaminada hacia un bienestar saludable, ya que según lo analizado, los graves problemas de obesidad en Chile se explican en gran parte por los malos hábitos alimenticios, lo que se traduce en el consumo de altas cantidades de nutrientes críticos que ponen en riesgo la salud.

Según el estudio, las oportunidades para innovar se clasifican principalmente en el desarrollo de productos más saludables, reduciendo la cantidad de nutrientes críticos e incluyendo la incorporación de nuevos ingredientes naturales que aportan beneficios para la salud y bienestar, entre otros.

Asimismo, se detectaron innovadoras tecnologías de preservación que contribuyen a la inocuidad de los alimentos y a la extensión de su vida útil, optimizando la calidad y la estabilidad de sus propiedades nutricionales.

Otra de las innovaciones detectadas fueron modelos de negocios en beneficio de la salud y bienestar para la comercialización de productos y servicios de calidad que promuevan hábitos y estilos de vida saludables que aseguren la accesibilidad de los sectores más vulnerables de la población.

En primer término se explica la relevancia de que las empresas tengan conocimientos de las oportunidades y desafíos de innovación saludable en la producción y comercialización de sus productos. El rol de la industria en la promoción de hábitos y estilos de vida saludables y la disminución del sobrepeso y obesidad. Las sinergias entre el sector público y el privado tienen muchos beneficios individuales y sociales para todos los actores involucrados.

Según se explica en el volumen actual, en Chile existe un escenario favorable para hacer cambios e innovar. El tamaño a nivel mundial en la categoría Salud y Bienestar se estima en US$700 billones anuales y ha experimentado una tasa de crecimiento promedio de 6,1% entre los años 2007-2012. En Chile, las ventas de este mercado de salud y bienestar alcanzan a los US$3 billones anuales, lo que equivale a un 19% del total de la industria nacional de alimentos procesados (US$11 billones anuales) y bebidas (US$ 5 billones anuales).

La falta de tiempo, los nuevos estilos de vida, y el aumento de hogares unipersonales y de mujeres que trabaja fuera del hogar, son tendencias que también se reflejan en las ventas de ciertos tipos de alimentos de conveniencia que satisfacen las necesidades de estos grupos de consumidores. Es así como mientras las ventas de productos en la categoría de congelados aumentaron en un 5,7% en los últimos cinco años (2007-2012), las comidas preparadas y sopas registraron un mayor crecimiento, con tasas del 9,9% y 13,3% respectivamente.

En tanto, si comparamos la evolución de los alimentos procesados y bebidas clasificados en la categoría Salud y Bienestar con los alimentos procesados tradicionales, se confirma el importante dinamismo en las ventas retail durante los últimos años de esta nueva categoría o clasificación. Es así como se aprecia que mientras los alimentos procesados del tipo Salud y Bienestar crecieron a tasas promedio de 14,6%, el resto lo hizo al 7,9%. En el caso de las bebidas refrescantes, la diferencia es aún mayor, ya que mientras las ventas de las primeras aumentaron en 16,6% en promedio, el resto lo hizo al 7,1%.

Además se establece la relación que existe entre las emociones de los consumidores y sus decisiones de consumo. Si bien existen ciertos elementos fisiológicos que facilitan ciertas emociones frente a determinados productos se puede señalar que estas dependen de múltiples factores y evolucionan dependiendo de cambios exógenos experimentados por la sociedad y la industria. De esta manera se asume como uno de los desafíos de esta última, contribuir a generar emociones positivas de los consumidores en torno a los alimentos saludables, para obtener beneficios individuales y aumentar las utilidades de toda la comunidad.

Todo lo anterior permite concluir que las empresas pueden aportar a los objetivos sanitarios de cada década de tres maneras: a través de la auto regulación para producir alimentos más saludables, por medio del desarrollo de modelos de negocios de responsabilidad empresarial y a través de las alianzas con el sector público. Su actuar es complementario a las políticas, planes y programas gubernamentales que pretenden disminuir la obesidad.

En un país en el cual se está abriendo paso a la regulación de nutrientes críticos, la invitación y participación voluntaria de las empresas se hace más importante y facilita la armonía en el esfuerzo por un Chile Saludable.

Las oportunidades que se identificaron en este volumen del Estudio Chile Saludable representan una invitación para adoptar una estrategia de innovación que permita construir una oferta de alimentos que promuevan la salud y la calidad de vida, y que a la vez sean más accesibles y convenientes. En este contexto, el aporte de la industria puede contribuir a mejorar el bienestar de la sociedad.

Fuente: Elige vivir sano