En Latinoamérica, a pesar de algunos avances y esfuerzos localizados en algunos países, sigue existiendo un alto índice de rechazo a la comunidad LGBTQIA+. Rechazo que muchas veces se materializa en violencia mental y física, letal y no letal hacia los miembros de esta comunidad. El matrimonio igualitario, la adopción homoparental, el reconocimiento de la orientación sexual, la identidad de género y la igualdad en derechos civiles básicos, enfrentan muchos obstáculos para ser ciudadanos totalmente incluidos en el desarrollo de la región.
Solo en Chile, Ecuador, Colombia, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Brasil y México, existe reconocimiento constitucional pleno y una mayoría social (más del 50%) a favor de los derechos de la comunidad; mientras que en el resto de la región el nivel de inclusión es bastante menor, especialmente en la región del Caribe (Haití, Trinidad y Tobago, Dominica, Jamaica y República Dominicana, entre otros). Los miembros de la comunidad LGBTQIA+ latinoamericana viven dentro de la sociedad como personas que no están plenamente reconocidas en sus derechos, ya que no hay leyes específicas para su inclusión y su protección.
Los estados Latinoamericanos tienen la obligación de adoptar políticas y de promulgar leyes, sin distinción de edad, sexo, orientación sexual, género e identidad, en concordancia con los principios de igualdad, dignidad y no discriminación, estipulados en el derecho internacional y en la Convención Americana de Derechos Humanos. Sin embargo, la realidad es otra. En muchos países, los derechos a los programas de seguros de salud y los beneficios laborales (entre otros derechos comunes para otros miembros de la sociedad), no están plenamente reconocidos.
Se estima que un 62% de la población Latinoamericana, expresa todavía un gran rechazo al matrimonio igualitario. Según un registro regional, presentado este año en El Salvador, entre 2014 y 2019 alrededor de 1300 asesinatos fueron cometidos contra miembros de la comunidad LGBTQIA+. “Entre la información obtenida por las organizaciones llama la atención la existencia de patrones comunes de violencia. Por ejemplo, la discriminación se ha ensañado de forma específica con mujeres trans y hombres gay, quienes encabezan las cifras más altas de homicidios. Así mismo, la investigación apunta a que la mayoría de las personas asesinadas son jóvenes que se encuentran en un rango de edad entre los 18 y 25 años”. Un común denominador entre los perpetradores de estos crímenes, es que por lo general son personas con la intención de “castigar” la diversidad que ellos consideran contraria al modelo “convencional” cuando del género y de las convenciones sociales se trata. La región sufre de un alto índice de violencia generalizada en contra de la comunidad LGBTQIA+. Crímenes que quedan impunes, muchas veces, por la falta de denuncias ante los organismos oficiales.
En el marco del Mes del Orgullo 2021 y a pesar de todo el arduo camino que falta por recorrer, es igualmente importante mencionar los avances que ha tenido la comunidad latinoamericana en materia de derechos LGBTQIA+ en las últimas décadas. Muchos países de la región han promulgado leyes que prohíben el trato discriminatorio y que promueven la total inclusión de la comunidad dentro del funcionamiento de todo el entramado social de cada país, incluyendo el matrimonio y la adopción.
La comunidad Latinoamericana sigue en su lucha constante por sus derechos en Latinoamérica. En comparación con otras regiones del globo, tales como el Oriente Medio, el Magreb Árabe, Europa del Este y algunas naciones del Sudeste Asiático, Latinoamérica se encuentra en una posición de avanzada en materia de derechos de la comunidad LGBTQIA+. Sin embargo, entender las oportunidades y los desafíos que aún existen en el continente, son puntos claves para el desarrollo de la inclusión y la erradicación de la discriminación y la violencia.