Un conflicto bélico y cibernético
El concepto de guerra cibernética quiere decir que el combate toma el ciberespacio y las tecnologías de comunicación (con sus datos) como campo de batalla.
Es decir, se divide en dos partes: por un lado, la desinformación en las redes sociales, y por otro se atacan sistemas y se dan de baja sitios. Básicamente se hackean las webs del Estado y se roban datos.
Las guerras en pleno 2022 se despliegan en conflictos civiles, pero también a través de la comunicación con las redes sociales como actores políticos.
¿Qué tiene que ver esto con Rusia y Ucrania?
Horas antes la mayoría de los sitios y las plataformas digitales del Estado sufrieron un ataque de denegación de servicios. Pero ¿Qué es eso? Es cuando las páginas reciben miles de solicitudes de ingreso falsas en simultáneo y esto hace que se colapsen los servidores.
Un dato no menor, es que existe una comunidad de inteligencia abierta que comparte información sobre la situación y tuvieron las cuentas suspendidas. En algunos casos fue por más de 12 horas sin ningún tipo de justificación o razón aparente. ¿Coincidencia? No lo creo.
Una de las redes sociales más grandes e importantes del mundo, Twitter, justificó lo ocurrido con que fue un «error humano» y que “se está investigando”.
Todo esto tiene que ver con que Rusia construyó un gran poder y manejo militar en todas las áreas y ¿Cómo no pretender que también lo tenga con las redes sociales?
Por esto, los ciberataques se intensifican. El conflicto cívico y 2.0 crece a gran escala. A tal punto que, según informó la agencia rusa RosBiznesKonsalting (RBK), tienen un Internet propio para evitar ciberataques. El experimento Runet.
La criatura digital se pondría a prueba al desconectar el continente completo y allí verificar su funcionamiento, comunicaciones y el grado de aislamiento. Con el fin de “resguardar la integridad” del país. No es la primera vez que se habla de la existencia de una internet descentralizada.
La situación es inestable ¿Hay un enemigo? Toda suposición o análisis es superada por la cruda realidad que nuevamente supera a la ficción. Las guerras en pleno siglo XXI son bélicas y 2.0.