Herencia Hispana, elecciones, y acción climática


Cada año, a partir del 15 de septiembre, Estados Unidos celebra el Mes de la Herencia Hispana, un periodo para reflexionar sobre el profundo arraigo de la comunidad hispanohablante en esta nación. No se trata simplemente de nuestra llegada a este país, sino de nuestra innegable participación en su historia desde tiempos ya muy lejanos.

San Agustín, o St. Augustine, es el asentamiento europeo habitado continuamente más antiguo en lo que ahora es Estados Unidos continental. Fue fundado por los españoles en 1565, cincuenta y cinco años antes de que los peregrinos desembarcaran en Plymouth. Además, vastos territorios del suroeste estadounidense formaron parte de México antes de convertirse en estados. Ciudades como Los Ángeles, San Antonio y San Francisco, con nombres y herencias que evocan su pasado hispano, son testimonio de esta conexión.

Este legado, lejos de ser un eco de la historia, continúa vivo. La población hispana en EE.UU. sigue creciendo de manera exponencial, y con ella, nuestra influencia en todos los aspectos de la vida, incluidas las elecciones. 

Según el Pew Research Center, en 2024 se estima que 36,2 millones de hispanos serán elegibles para votar, un aumento significativo respecto a los 32,3 millones de 2020. Este crecimiento electoral subraya el poder que tenemos para influir en las decisiones que afectarán el futuro del país.

Uno de los temas más apremiantes que enfrentamos los hispanos, junto al país en general, es el cambio climático. De acuerdo a datos de Moms Clean Airforce, el 50% de los hispanos en EE.UU. reside en cuatro estados particularmente vulnerables a sus efectos: California, Texas, Arizona y Nuevo México. Además, el 71% de los adultos hispanos afirma que este fenómeno está afectando a sus comunidades de manera directa.

Afortunadamente, la conciencia en torno a este problema está aumentando entre nosotros. Ocho de cada diez hispanos en Estados Unidos (81%) consideran que combatir el cambio climático global es una preocupación importante, y un 39% lo clasifica como una de sus principales preocupaciones personales, según Pew Research Center. De hecho, el 85% de los latinos cree que es crucial reducir el smog y la contaminación del aire, de acuerdo con el Environmental Defense Fund.

Sin embargo, a pesar de esta conciencia creciente, muchos hispanos todavía no ejercen su derecho al voto. Diversas razones, como la falta de información, barreras lingüísticas o complicaciones en el proceso de registro, contribuyen a que un porcentaje significativo no participe en las elecciones.

Es crucial que quienes puedan hacerlo superen los contratiempos, se registren y voten. Las próximas elecciones ofrecen una oportunidad única para que nuestra voz se escuche en temas clave, como la acción climática. Necesitamos revisar las propuestas de los candidatos en relación con el cambio climático, así como exigir a nuestros representantes electos que apoyen iniciativas que aborden esta crisis de manera efectiva.

Las acciones correctas ante el cambio climático no solo definirán el futuro de nuestras comunidades, sino también el del país. Nosotros, como grupo demográfico, tenemos el poder de ser agentes de cambio.  Celebremos la herencia que traemos a Estados Unidos contribuyendo a definir un futuro más responsable y limpio.