Responsabilidad social con la infancia

Es necesario cuidar que los colaboradores de la empresa tengan ingresos justos y descanso suficiente para atender las necesidades de sus hijos

Hace unos días,, a propósito del Seminario Internacional ‘El impacto de las empresas en los derechos del niño’, me preguntaba qué tan claro tiene el Estado peruano el rol que le corresponde cumplir en la relación empresa-infancia y qué se entiende en el país por responsabilidad social empresarial (RSE).

De acuerdo con la Observación General Nº 16, aprobada en febrero de este año por el Comité de los Derechos del Niño, compete a los estados vigilar que el accionar empresarial no impacte negativamente en los derechos de la niñez.

Esta observación, que tiene carácter vinculante, no concede nuevos derechos a la infancia, pero detalla la obligación que tiene el Estado de respetar, proteger y dar efectividad a los derechos de niñas, niños y adolescentes.

Gran reto para un país en el que la actividad empresarial no siempre se desarrolla en el campo de la formalidad.

En el ámbito privado, afortunadamente, cada vez son más las empresas conscientes de que RSE no es sinónimo de filantropía o la entrega de un donativo para asegurar la fotografía en la revista institucional.

Hoy se entiende que se trata de contribuir al ejercicio de cada uno de los derechos de la infancia consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Sin duda, ser una empresa socialmente responsable no es fácil. El punto de partida es asumir que el quehacer empresarial impacta en los hijos e hijas de los colaboradores; en los consumidores actuales o futuros de los productos o servicios; en la vida de niños y niñas que viven en el distrito donde se ubica la empresa o en el pueblo donde se produce la materia prima del negocio.

El reto es ser socialmente responsable con todos los niños y niñas. No basta con financiar proyectos educativos o de salud en una comunidad en la que prevalece la extrema pobreza. Es igualmente necesario cuidar que la actividad empresarial no afecte el medioambiente y que los colaboradores de la empresa tengan ingresos justos y descanso suficiente para atender las necesidades materiales y afectivas de sus hijos.

Urge entender que los derechos de la infancia son para todos los niños y niñas.

En ese sentido, Unicef, Pacto Global y Save the Children hemos publicado recientemente los Derechos del Niño y Principios Empresariales, que contiene las 10 acciones que toda empresa debe poner en marcha para ser socialmente responsable con la infancia.

Sobre el papel está señalado el camino. Ahora depende de nosotros, los adultos que estamos en las empresas, el Estado, las ONG y la cooperación internacional dar cada uno de los pasos que se requieren para asegurarle a todos los niños y niñas el pleno ejercicio y respeto de sus derechos.

Fuente: Artículo original de Paul Martin, representante de Unicef en Perú, publicado en El Peruano