La explotación de gas de esquisto (shale gas) mediante el uso de la fracturación hidráulica o fracking ha aumentado los recursos mundiales de gas natural en 47%, a pesar de las críticas de grupos ambientalistas, de acuerdo con un informe de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. El gas natural genera 45% menos emisiones de CO2 que el carbón y cuesta menos que la actual energía solar y la eólica, según datos oficiales.
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